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lunes 7 de de 2024

California demanda a Exxon por engaño en reciclaje de plásticos

La batalla por la verdad sobre el reciclaje de plásticos ha alcanzado un nuevo nivel en California, donde el fiscal general del estado, Rob Bonta, ha decidido llevar a los tribunales a ExxonMobil. Esta acción legal no es cualquier demanda ambiental; es la primera en centrar su atención en el engaño de la eficacia del reciclaje de plásticos promovida por las corporaciones petroquímicas. En una época donde se reciclan materiales como el aluminio y el papel con relativa facilidad, la realidad detrás de los plásticos es mucho más complicada. La composición intrínseca de los plásticos, que incluye hasta 16,000 químicos para lograr cualidades específicas, hace que su reciclaje sea majoritariamente inviable. Con solo un 6% de plásticos realmente reciclables en los Estados Unidos, está claro que la percepción pública ha sido manipulada por campañas de relaciones públicas financiadas durante décadas.

El engaño promovido por la industria no solo plantea un problema ambiental. Cuando pensamos que estamos “haciendo nuestra parte” separando los residuos en el cesto de reciclaje, empresas como Exxon están ocupadas encontrando nuevas maneras de depositar más plásticos en el mundo. Este material inunda no solo las áreas urbanas sino^ cada rincón del planeta, desde el hielo del Ártico hasta los abismos oceánicos, y debido a su incapacidad para biodegradarse, quiebra en piezas más pequeñas que contaminan el aire y el agua que consumimos.

Sin duda, la táctica de cambiar conceptos como “reciclaje mecánico” y optar por supuestas innovaciones como el “reciclaje avanzado”, que en realidad consiste en convertir plásticos en pequeñas cantidades de combustible bajo altas temperaturas químicamente agresivas, no ha demostrado ser una solución viable. Con apenas nueve plantas de reciclaje químico en los Estados Unidos, ninguna funcionando a plena capacidad, estas instalaciones apenas procesan un irrisorio 1.2% de los desechos plásticos del país.

A medida que el litigio sigue su curso, el escenario para Exxon es claro: dejar de lado los supuestos avances “verdes” que apenas maquillan el problema y enfrentar las consecuencias de un legado sustentado en falacias reciclables. El precedente que pueda crear este caso puede convocar una reacción en cadena, motivando a otros estados a llevar a cabo acciones similares. La esperanza es que, con esta victoria, recursos millonarios fluyan hacia fondos de mitigación ambiental, ayudando a limpiar y corregir el daño hecho por generaciones de mala práctica empresarial.