Científicos del ETH Zurich han revelado el láser de picosegundos más potente hasta la fecha, produciendo pulsos ultra-cortos de hasta 100 megavatios. Para poner esto en perspectiva, un solo pulso tiene suficiente potencia como para encender momentáneamente 100,000 aspiradoras. Con un promedio de 550 vatios, este láser supera en más del 50% a los experimentos anteriores.

El dispositivo utiliza una innovadora disposición de discos delgados que contienen átomos de iterbio. Estos actúan como semiconductores, y cuando se excitan, generan un haz de láser. Una notable mejora en el diseño incluye una configuración especial de espejos que forman una cavidad replicante avanzada, permitiendo amplificar la luz láser sin comprometer su estabilidad.

Un avance clave radica en el uso del espejo semiconductante conocido como Semiconductor Saturable Absorber Mirror (SESAM), que ayuda a moldear la luz en pulsos cortos e intensos. Un reciente ajuste añade una fina ventana de zafiro a este proceso, haciendo que el sistema sea más compacto y eficiente en comparación a métodos anteriores que dependían de varios amplificadores externos.

Las posibles aplicaciones de esta tecnología son vastas. En relojes ultraprecisos, por ejemplo, permitiría medir el tiempo y fenómenos naturales con mayor exactitud. Además, al facilitar el examen de materiales sin necesidad de cortarlos, podría detectar defectos en objetos o realizar escaneos en el cuerpo humano.

La presentación de este láser marca el inicio de un nuevo capítulo en la tecnología de amplificación láser, destacándose como un asombroso ejemplo del compromiso de los científicos para superar los límites actuales. Como comentó el físico Moritz Seidel, ver en acción cómo el láser crea pulsos intensos ha sido una experiencia memorable.