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miércoles 23 de de 2024

Clínicos confían en el futuro de la IA, pese a recelo actual

Un reciente estudio del Journal of the American Medical Informatics Association ha revelado que los clínicos británicos desconfían de los actuales sistemas automatizados para la interpretación de electrocardiogramas (ECG), considerándolos inexactos y peligrosos. Sin embargo, muestran entusiasmo por las futuras aplicaciones de inteligencia artificial (IA) siempre que estas sean precisas y ayuden a apoyar el proceso de toma de decisiones clínicas.

El estudio incluyó entrevistas a 23 clínicos del NHS, cubriendo especialidades como medicina de urgencias, anestesia, cuidados críticos y cardiología. Los resultados apuntan a una falta de confianza en los sistemas actuales debido a su tendencia a malinterpretar los datos al carecer del contexto necesario para un diagnóstico correcto. Al mismo tiempo, los entrevistados ven con esperanza las oportunidades que tecnologías futuras de IA podrían ofrecer, especialmente si se utilizan visualizaciones para demostrar cómo el algoritmo llega a sus conclusiones.

Curiosamente, la explicación de estas decisiones no es prioritaria para muchos clínicos, siempre que se garantice la exactitud. En el acelerado entorno clínico, se valora más que el sistema sea confiable y reduzca la carga cognitiva, evitando la sobrecarga de información.

Aunque no temen la pérdida de empleos, los profesionales están preocupados por la “deskilling”, o la pérdida de habilidades clínicas, especialmente entre los médicos más jóvenes que podrían depender demasiado de las interpretaciones automatizadas y dejar de practicar su interpretación del ECG.

El aspecto educativo se plantea como un área clave de interés, donde las tecnologías de IA podrían funcionar como herramientas de aprendizaje, no sólo mostrando resultados sino también ayudando a los médicos a desarrollar habilidades esenciales.

En definitiva, mientras la tecnología sigue avanzando, los clínicos subrayan que la responsabilidad última de la decisión debe recaer en el profesional de la salud, quien utilizaría estos sistemas como una herramienta, no como un reemplazo.