Los instrumentos financieros verdes, tales como los bonos y acciones ecológicas, se han consolidado como una apuesta novedosa dentro del mundo económico, coexistiendo al lado de activos más convencionales como los bonos del Tesoro y las acciones generales. El estudio realizado aplicando una metodología de análisis de redes basada en wavelets revela que, a pesar de sus similitudes y propósito común de financiar proyectos amigables con el medio ambiente, los bonos y acciones verdes responden a cambio no pertenecen a la misma categoría de inversión y trascienden en mercados diferentes.
Los resultados muestran que los bonos verdes mantienen una fuerte conexión con los bonos del Tesoro y corporativos de alta calidad crediticia. Este enfoque se debe a que comparten numerosos atributos como la calificación crediticia, plazo y tasa de interés. Las acciones verdes, por su parte, sostienen una relación fuerte con las acciones generales, alineándose como una extensión del mercado de renta variable.
Es notable encontrar que, pese a su aumento de popularidad y coincidencias ecológicas, los bonos y acciones verdes operan efectivamente como clases de activos independientes, atrayendo a diferentes perfiles de inversores con variados intereses en riesgo y retorno. Los bonos verdes son principalmente atractivos para inversores conservadores, mientras que las acciones verdes captan a aquellos con mayor inclinación hacia riesgos y retornos más elevados.
Una relación interesante es la que se establece entre los bonos verdes y el oro, sugiriendo que los primeros pueden actuar como instrumentos de cobertura segura en momentos de crisis, parecido a cómo el oro ha sido tradicionalmente visto en tiempos de agitación económica.
Estos hallazgos plantean desafíos e intereses para inversores que buscan diversificación sin pervertir sus compromisos ambientales. Mientras tanto, para los formuladores de políticas resultan fundamentales para entender cómo desarrollar aún más estos mercados verdes, alineando sus potenciales con políticas sostenibles más amplias.
Las implicaciones de estas conexiones para los actores económicos son relevantes. Los inversores que buscan diversificación conservadora deberían considerar más los bonos verdes dentro de sus carteras, mientras que aquellos interesados en una exposición más arriesgada, pero potencialmente más rentable, podrían inclinarse hacia las acciones verdes. Por último, el análisis subraya que los cambios en los precios del petróleo y las condiciones externas no impactan significativamente en el auge del mercado verde, evidenciando su independencia frente a estos movimientos.