En un descubrimiento que promete revolucionar nuestra comprensión del espacio cercano a nuestro sistema solar, un equipo de investigación encabezado por el astrofísico Jonay González Hernández ha detectado al menos un planeta orbitando Barnard’s star, una enana roja ubicada a solo seis años luz de la Tierra. Dicha estrella es, singularmente, la más cercana a nuestro sistema estelar, excluyendo el trío de astros en el sistema Alpha Centauri, lo que la ha convertido en un blanco prioritario para la búsqueda de exoplanetas desde hace décadas.
González Hernández y su equipo, tras una meticulosa revisión de más de 150 observaciones realizadas a lo largo de cuatro años con un telescopio en Sudamérica, han medido minúsculos tambaleos en la estrella. Estos indicios, que podrían revelar la presencia de planetas gravitando alrededor de la enana roja, han sido meticulosamente revisados para excluir la posibilidad de que correspondan a otros fenómenos como la rotación estelar o perturbaciones en el instrumental empleado.
El tambaleo más pronunciado observado ocurre cada 3.15 días, circunstancia que, de acuerdo con el equipo de Tenerife, puede atribuirse a la órbita casi circular de un planeta rocoso cuya masa es aproximadamente tres veces la de Marte. Con el respaldo de expertos como Jennifer Burt de la NASA, el equipo ha despejado las dudas en torno a la autenticidad de este hallazgo, lo cual alentará a otros investigadores a volver sus ojos al cúmulo de datos históricos acumulados sobre Barnard’s star.
No obstante, la historia no termina aquí. Los científicos han detectado oscilaciones menores superpuestas a la inclinación principal de la estrella, las cuales, aunque aún por verificar, denotan la probable existencia de otros tres planetas con períodos orbitales de 2.34, 4.12 y 6.74 días. A pesar de que estas supuestas formaciones planetarias estén demasiado cercanas a Barnard’s star como para albergar vida basada en carbono como la nuestra, este adelanto proporciona una emocionante oferta de descubrimientos por venir.
Con sus afinados métodos y sofisticados instrumentos, el avance detalla una era vibrante de descubrimiento astronómico donde el rastreo de planetas rocosos potencialmente habitables está en su apogeo. Lo que hoy parece lejano y abstracto, podría un día informarnos sobre nuestro lugar en la vastedad del cosmos.