En un podcast resplandeciente de ciencia, la conversación se centró sobre la desinformación y la desconfianza en la ciencia, un asunto que ha ido cobrando relevancia mundialmente. La creciente influencia de las redes sociales se postula como un elemento preocupante, permitiendo que cualquier persona pueda afirmar conocimientos científicos, aunque muchas veces estas afirmaciones carecen de validez científica. En especial, esta situación se hizo palpable durante la pandemia del COVID-19, ante un enredo de buena y mala información, complicando la claridad informativa para muchos individuos.
Melissa Fleming, subsecretaria general de comunicaciones globales de la ONU, compartió estrategias que han permitido a la ONU combatir esta marea creciente de desinformación. La insistencia ha sido no solo estudiar las tendencias de desinformación, sino también infiltrarse en estos espacios con información verificada y recurrir a personas influyentes para transmitir mensajes fidedignos, ya que el seguimiento de estas personalidades puede ofrecer un canal de gran alcance para información precisa.
Simultáneamente, el mundo lucha con otro fenómeno de proporciones alarmantes: la contaminación por plásticos. Un comentario reciente publicado en BMJ Global Health resalta cómo se compran aproximadamente un millón de botellas de plástico cada minuto a nivel mundial. Aunque muchos dependen de esta modalidad por la falta de acceso a agua potable limpia, para el resto de la población, la necesidad de revertir esta tendencia se torna urgente, ya que la posibilidad de microplásticos en el agua embotellada presenta riesgos para la salud humana.
En otro ámbito, se descubrieron más de 200 sustancias químicas en envases de alimentos relacionadas con el cáncer de mama, destacando las sustancias peligrosas utilizadas tanto en plásticos como en tintes para empaques de papel y cartón. Estas sustancias, al infiltrarse en los alimentos, se convierten en una amenaza latente que puede estar contribuyendo al aumento de los casos de cáncer de mama y de colon en jóvenes.
Por último, un estudio fascinante reveló la sorprendente habilidad colaborativa entre especies, destacando cómo los pulpos y los peces en el Mar Rojo forman equipos ocasionales para cazar presas, con los pulpos actuando como líderes estratégicos.