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viernes 27 de de 2024

Doblegados por las Bestias del Océano: Huracanes Helene y John Marcan Récords

En un giro inesperado de los acontecimientos, dos huracanes colosales se gestaron y se intensificaron con rapidez en tan solo una semana, marcando récords y sorprendiendo a meteorólogos y residentes por igual. En el Golfo de México, el huracán Helene emergió desde una simple perturbación tropical el 23 de septiembre, evolucionando a un potente huracán de categoría 4 que impactó la costa del Golfo de Florida el 26 de septiembre, mientras que el monstruo del Pacífico, el huracán John, llegó a la costa sur de México como una tormenta mayor el 23 de septiembre.

Helene se valió de las cálidas aguas del Golfo de México, con temperaturas superficiales hasta 2 °C superiores al promedio de septiembre, para potenciarse más allá de las expectativas tradicionales. La falta de cizalladura del viento, que normalmente frenaría su crecimiento, permitió que Helene se expandiera y alcanzara vientos huracanados en 60 horas. Este fenómeno sólo se ha observado en las condiciones más extremas de cambio climático que ahora enfrentamos.

La tormenta impactó en Florida como una de las más anchas jamás registradas, golpeando con ráfagas de tormenta tropical que se extendieron a 500 kilómetros del ojo del huracán. La furia de Helene no sólo se contuvo en su impacto inicial; proseguía su rumbo hacia el interior, arrasando partes de Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte con precipitaciones torrenciales y ocasionando generalizados apagones.

Al mismo tiempo, el huracán John sorprendió a todos al intensificarse rápidamente a categoría 3 tras formarse solo unas horas como tormenta tropical. Este fenómeno, aunque menos común, demuestra que los huracanes más pequeños son propensos a intensificarse inesperadamente, desafiando los pronósticos habituales.

El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. introdujo recientemente mapas de pronósticos que amplían las advertencias de los efectos de estos huracanes, más allá de las áreas costeras. Esto es crucial, dado que Helene generó uno de los pronósticos de marejada más catastróficos registrados, con olas que llegaban a los seis metros de altura en la región de Big Bend, Florida.

La llama urgente de estas tormentas pone de relieve un patrón de intensificación rápida cada vez más normalizado en la era del cambio climático. Mientras los expertos continúan refinando previsiones y modelos, eventos como Helene y John resaltan la necesidad urgente de una observación continua y un plus en inversiones para entender mejor el complejo entramado climático que enfrentamos. La naturaleza hiperactiva de estos fenómenos refuerza la necesidad de estar siempre un paso adelante ante el poder incontrolable de la naturaleza desatada.