En un intrigante estudio realizado sobre niños en edad de jardín de infantes, se descubrió que los pequeños son propensos a explorar en exceso debido a que su memoria de trabajo aún está en desarrollo. A pesar de tener un claro entendimiento de las tareas, los niños de 4, 5 y 6 años suelen recolectar más información de la necesaria. A través de un experimento en pantalla, donde tanto niños como adultos debían identificar criaturas ficticias llamadas Hibi y Gora según el color y la forma de sus partes del cuerpo, se observó este fenómeno.

Mientras que los adultos identificaron rápidamente la parte del cuerpo que garantizaba la identificación certera de la criatura, los niños, aunque también aprendieron cuál era esa parte crucial, continuaban revelando más partes antes de decidir. Esta tendencia a la “sobreexploración” fue atribuida a la inmadurez de su memoria de trabajo, lo que los lleva a querer contrarrestar las dudas revisando otros indicadores.

En una variación del experimento, se introdujo un “botón exprés” que permitía revelar toda la criatura de un solo golpe. Aunque algunos podrían pensar que los niños estaban entrenados solo en manipular botones, al tener la opción, la mayoría prefirió el método exprés sugiriendo que no buscaban solo diversión al hacer clic en los botones.

El profesor Vladimir Sloutsky, coautor del estudio y psicólogo en la Universidad Estatal de Ohio, sugiere que este comportamiento de sobreexploración es una forma en que los niños buscan resolver incertidumbres debido a su todavía creciente memoria de trabajo. A medida que esta memoria se desarrolla, se espera que adquieran mayor confianza y muestren un comportamiento exploratorio más parecido al de los adultos.

Publicado en Psychological Science, esta investigación abre nuevas avenidas para entender el desarrollo cognitivo temprano y las herramientas mentales que los niños todavía están perfeccionando mientras exploran su mundo, un universo lleno de colores y formas que aún no han terminado de conquistar.