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viernes 11 de de 2024

El Enigma Genético de Nuestros Orígenes Humanos

Descubrimientos fósiles y genéticos recientes están pintando un cuadro cada vez más complejo de la historia de los humanos, mostrando que somos más mezcladores de genes que conquistadores. Los Homo sapiens han compartido la Tierra con una variedad de otros humanos arcaicos, incluyendo los Neandertales, Denisovanos y otras especies menores como Homo floresiensis en Indonesia y Homo luzonensis en Filipinas. Estos grupos han contribuido a la composición genética de los humanos modernos a través de miles de años de interbreeding en todo el mundo.

El hallazgo de rostros reconstruidos, como el del Neandertal Krijn en los Países Bajos, pone de relieve los caminos interconectados de nuestra evolución. Estos hilos de nuestro pasado demuestran que, aunque las poblaciones como los Neandertales están extintas, su legado sigue en nosotros. De acuerdo con los estudios, los Neandertales y Homo sapiens coexistieron en Europa y Asia durante al menos 10,000 años, compartiendo no solo espacio, sino también genes que se mezclaban durante ocasiones múltiples, con picos ocurridos hace 200,000 y 50,000 años.

Aunque la imagen del ‘Out of Africa’ nos decía que un pequeño grupo de ancestros empezó la gran expansión humana hace 100,000 años, los nuevos datos revelan un panorama más embrollado. En lugar de una migración lineal, la realidad parece más la de un arbusto genético ramificado, donde distintas poblaciones se dispersaban e intermezclaban.

Los Neandertales, aunque desaparecieron hace unos 40,000 años, también dejaron partes de sí mismos en nosotros. Curiosamente, se ha encontrado incluso ADN neandertal en las bacterias de nuestra boca. La extinción de los Neandertales no parece ser resultado de una derrota frente a Homo sapiens, sino un resultado de pequeñas poblaciones y lo difícil que era adaptarse a los cambios climáticos dramáticos durante las Edades de Hielo, como el caso del Neandertal “Thorin” sugiere.

Un estudio de Princeton mostró que las poblaciones de Neandertales eran pocas en número, disminuyendo debido a la escasez de sus presas más grandes, como mamuts lanudos y rinocerontes lanudos. Además, los Denisovanos y otros homínidos arcaicos presentan historias genéticas similares.

Este fascinante cruce de caminos y mezcla de genomas ha resultado en una humanidad mucho menos claramente definida de lo que se pensaba, con solo entre un 1.5 y un 7 por ciento de nuestro ADN siendo exclusivamente humano. En definitiva, la historia de nuestro origen no es homogénea o directa, sino una narración rica en matices genéticos que revela cómo nuestros ancestros eran más nómadas y conectadores de lo que se pensaba.