En un giro histórico hacia energías más limpias, el Reino Unido ha clausurado su última planta de energía de carbón, marcando el fin de una era que duró más de 150 años. El cierre de la planta Ratcliffe-on-Soar en Nottinghamshire pone punto final a la producción de carbón en el país, cumpliendo con el compromiso asumido en 2015 de cerrar todas las plantas de carbón para 2025. Esta promesa se había retrasado debido en parte a la crisis del gas generada por la invasión rusa a Ucrania. Alrededor de 170 empleados fueron los últimos en ver la planta funcionando, y un centenar trabajará en los dos años de desmantelamiento que vienen. Otros empleados se transferirán a distintas plantas de energía bajo el mismo propietario, la alemana Uniper, o se dedicarán a nuevos entrenamientos para adaptarse a las nuevas demandas del sector energético.
La primera planta de carbón del mundo, inaugurada precisamente en el Reino Unido en 1882 con la colaboración de la Edison Electric Light Company, estableció las bases de una industria que se tradujo en un pilar económico y energético para el país. Durante años, el carbón generó una parte considerable de la electricidad británica, llegando a representar el 39% del suministro de energía en 2012. Sin embargo, la reorganización energética ha sido profunda: en 2019, el carbón era responsable solo del 2% de la energía nacional. Esta reducción notable ha tenido un impacto significativo en la disminución de gases de efecto invernadero, reforzando el compromiso del país con el medio ambiente.
Al mismo tiempo, el país ha experimentado un auge en las energías renovables. Las fuentes de energía eólica y solar aumentaron desde solo un 6% en 2012 hasta representar un impactante 34% del suministro energético en 2023, situando al Reino Unido al frente en términos de transición energética entre las naciones del G7. No obstante, el camino hacia una matriz completamente verde aún requiere esfuerzos constantes y transformación.
El adiós al carbón subraya el comienzo de una nueva era para el Reino Unido, una nación que durante años lideró la revolución industrial basada en el carbón y que ahora aspira a ser pionera en la revolución de energías limpias. Al tiempo que deja atrás este combustible fósil, el país enfrenta la oportunidad de encaminarse hacia un futuro más sustentable, estableciendo un ejemplo que otros podrían seguir.