Un reciente estudio, realizado principalmente en hombres y mujeres blancos en los Estados Unidos, revela una curiosa conexión entre el coeficiente intelectual (IQ) en la adolescencia y el consumo de alcohol en la mediana edad. Según los investigadores, los individuos con un mayor IQ en su primer año de secundaria tienden a consumir alcohol de manera más regular al llegar a la adultez. Sin embargo, este patrón no distingue si el consumo es moderado o excesivo.
El estudio se centra en datos de 6,300 hombres y mujeres del estado de Wisconsin, quienes se graduaron de secundaria en 1957. Casi medio siglo después, los participantes informaron sobre su consumo de bebidas alcohólicas durante el mes anterior, así como la frecuencia de episodios de ‘binge-drinking’, es decir, consumir cinco o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión. Curiosamente, por cada punto adicional en el IQ, se observó un aumento del 1,6% en la probabilidad de ser bebedor moderado o pesado, en lugar de abstenerse totalmente del alcohol.
Contrastando con esta tendencia, aquellos con mayor IQ fueron menos propensos a participar en episodios de consumo excesivo. Esto podría sugerir que, aunque beban más regularmente, lo hacen de manera más controlada. Según Sherwood Brown del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, dichos resultados no determinan de manera absoluta el destino de una persona, pero sí indican que el IQ podría estar vinculado a factores sociales que influyen en el consumo de alcohol.
La relación entre el IQ y los hábitos de consumo también está moderada por ciertos factores socioeconómicos. Investigaciones adicionales lideradas por Jayme Palka, un neurocientífico de la Universidad de Texas, mostraron que los ingresos de un hogar afectaban parcialmente el vínculo entre el IQ y el comportamiento de consumo, mientras que el nivel educativo no desempeñaba un papel significativo en dicha relación. Esta mediación indica que un mejor nivel socioeconómico, que suele coincidir con un mayor IQ, podría predisponer a un consumo de alcohol más frecuente debido a normas sociales o prestigio asociado al éxito.
Los hallazgos de otro estudio en 2020 entre hombres noruegos respaldan esta relación, sugiriendo que una mayor inteligencia está asociada con un mayor consumo en sus veintes. Sin embargo, el estudio actual en los EE.UU. desmiente que esta tendencia se aplique equitativamente entre mujeres y hombres, mostrando que las mujeres con mayores IQ son menos propensas al consumo excesivo. Es importante destacar que estos resultados deben ser considerados con cautela, ya que el estudio se enfocó principalmente en un grupo demográfico específico.
Los expertos subrayan la necesidad de realizar investigaciones adicionales para comprender mejor cómo otros factores podrían influir en la relación entre el IQ y los hábitos de consumo de alcohol, y si existen implicaciones de trastornos relacionados con el alcohol.