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martes 22 de de 2024

El Mundo Sorprendente de los Hongos Zombificadores e Inofensivos

Los hongos zombificadores han fascinado tanto a creadores de literatura y arte audiovisual como a la comunidad científica por su capacidad única de manipular el comportamiento de insectos. Precisamente, el hongo Ophiocordyceps unilateralis, famoso por su impactante efecto sobre las hormigas, las lleva incluso a subir a una planta y fijarse en una hoja antes de morir, asegurando así la dispersión de sus esporas.

En la vida real, las hormigas son víctimas de estas esporas que, lanzadas desde plantas o árboles, penetran sus cuerpos sin matarlas de inmediato. Este hongo cambiante comienza su existencia dentro del insecto en forma de levadura, descontrolando sus nervios y modificando su comportamiento hasta que el insecto, trabajando sin consciencia propia, escale a cierta altura para facilitar el ciclo de vida fúngico. Tras su muerte, una estructura de la planta emerge del cuerpo quedando suspendida desde la cabeza del difunto, propagando nuevas esporas hacia las hormigas desprevenidas.

Otros casos resaltan el hongo Massospora cicadina que se encarga de invasiones ambiciosas en cigarras periódicas. Sorprendentemente, este patógeno asegura la movilización activa de su anfitrión al sustituir ciertas partes del cuerpo del huésped, permitiendo vibrantes viajes por el aire mientras consuma lentamente su ser.

Los expertos coinciden en que estas relaciones letales han evolucionado durante millones de años, dando lugar a varias especies de Ophiocordyceps con habilidades radicalmente distintas para infectar insectos. A pesar de que el salto entre huéspedes insectos podría demandar eones, la fascinación persiste.

En el ámbito humano, si bien han aumentado las enfermedades fúngicas invasivas, no hay evidencia de que estos hongos puedan colonizar humanos a un nivel preocupante similar al representado en la cultura pop. Afortunadamente, el humano medio está a salvo de una apocalipsis fúngica, aunque algunas infecciones comunes como la tiña y el pie de atleta sigan creciendo en frecuencia.

Sin embargo, a modo de protección, los expertos en hongos recomiendan prácticas de higiene básicas como ducharse post-ejercicio y evitar compartir equipamiento deportivo.

La exploración de estos magníficos y mortales hongos continúa en la comunidad científica, ofreciendo luz en el mundo microbiano con la promesa de que, por ahora, ninguna amenaza zombificadora para la humanidad está en el horizonte.