La celebración anual de los premios “Bird Photographer of the Year” nos trae nuevamente espectaculares instantáneas del mundo aviar, retratadas con habilidad y paciencia por fotógrafos talentosos de todo el mundo. En un rincón del planeta, en el Sabi Sand Nature Reserve de Sudáfrica, Gary Collyer capturó el alboroto nocturno de unas aves, llevándose el bronce en la categoría de comedia. La imagen de los Helmetschrikes, que se preparaban para el descanso, ofrece un toque humorístico al mundo natural.
En el ámbito de la conservación, Patricia Seaton Homonylo, de Ontario, se coronó como la ganadora absoluta de la edición, llevándose un premio en metálico de £3,500. Su fotografía, “When Worlds Collide”, brinda un homenaje visual a las aves que caen víctimas de las estructuras humanas, un tributo creado en colaboración con FLAP en Canadá.
La creatividad y el ingenio de un joven fotógrafo español, Andrés Luis Domínguez Blanco, brillaron con luz propia en el apartado juvenil, donde su imagen “Perspective”, lograda a través de una cámara controlada remotamente, triunfó en su categoría.
El flair y la planificación cuidadosa han traído triunfos, como el logrado por Hermis Haridas con su “Dawn’s Whispers”. Su perseverancia en capturar la silueta de una abubilla euroasiática al amanecer muestra la dedicación que a menudo esconde una fotografía perfecta.
A través de ventanas y en la comodidad del hogar, Sparky Stensaas demuestra que la ocasión para captar una imagen excepcional no siempre requiere de arduas aventuras, logrando capturar a “Snow Turkeys” desde el confort de su sala de estar.
Samual Stone, después de enfrentarse a numerosos obstáculos, encontró un momento mágico con la niebla matutina y unos cisnes que, al fin, cedieron a su visión. Así vio la luz “Swanception”, un tributo a la perseverancia artística que no se rinde.
En Francia, la paciencia también rindió sus frutos a Nicolas Groffal, quien capturó el vuelo etéreo de jilgueros europeos en “Heavenly Elegant Flight”, un retrato de la belleza natural elusiva atrapada en un instante álgido.
Desde Australia, Cheng Kang nos revela el dolor de los mercados de aves en Bali, retratando dos aves separadas que simbolizan la lucha eterna entre lo salvaje y la domesticación humana en “Inmates”.
Finalmente, sobre el frío hielo antártico, Nadia Haq atrapa la esencia juguetona de un pingüino Adélie deslizándose graciosamente, transformando un simple desliz en una obra de comedia que resuena con su propia elegancia.