En la Franja de Gaza, las condiciones de guerra y restricciones sanitarias han generado un resurgimiento del temible poliovirus, un escenario que las organizaciones de salud han estado intentando controlar. El reciente parálisis de un bebé de 10 meses marcó el primer caso confirmado en Gaza de poliovirus en 25 años, impulsando una campaña masiva de vacunación que logró administrar la dosis inicial a cerca de 560,000 niños menores de diez años.
A pesar de las dificultades, el esfuerzo inicial ha alcanzado un punto crucial en la inmunidad colectiva con el 90% de los niños vacunados, un porcentaje indispensable para contener la rápida propagación del virus. Sin embargo, la persistencia de condiciones sanitarias deficientes, incluidas la escasez de agua limpia y la inhabilitación de hospitales debido al conflicto, complica los esfuerzos por erradicar el poliovirus por completo.
Se destaca también el complicado camino hacia la erradicación del virus debido al uso del vacuna oral de poliovirus (OPV). Aunque esta vacuna, por su bajo costo y facilidad de administración, ha sido clave en campañas de vacunación masivas, también conlleva el riesgo de revertir a forma paralítica bajo ciertas condiciones. Este es el caso del strain que circula en Gaza, el cual ha evolucionado a partir de una vacuna utilizada anteriormente.
En respuesta a brotes similares, la Organización Mundial de la Salud ha promovido el uso de la nueva vacuna oral de poliovirus tipo 2 (nOPV2) que, si bien ofrece menores probabilidades de mutar, aún no es una solución definitiva. Así, la comunidad científica debate sobre las estrategias más efectivas, considerando revertir al OPV trivalente o innovar combinaciones de vacunas más seguras.
El desafío es monumental: lo que ocurre en Gaza puede tener repercusiones internacionales si no se consigue detener el virus. Por ello, los próximos meses serán cruciales para monitorear el avance de la campaña y la concentración de poliovirus en las aguas residuales de la región. En última instancia, el verdadero éxito estaría en una colaboración global efectiva que garantice la salud y el bienestar de todos los niños del mundo.