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martes 15 de de 2024

La enigmática fluidez de los gatos: revelaciones desde casa

La llamativa habilidad de los gatos de colarse por los espacios más insospechados ha sido objeto de un fascinante estudio realizado por el biólogo Péter Pongrácz en el que ha explorado la conocida capacidad de los felinos para “fluir” como líquidos. A través de experimentos llevados a cabo en Budapest, Pongrácz ha comprobado que, mientras que los gatos pueden deslizarse sin problemas por estrechas grietas, cuando se enfrentan a agujeros bajos, muestran una notable vacilación.

El experimento consistió en el montaje de un laboratorio portátil en casa de 29 dueños de gatos. Allí, se dispusieron dos paneles distintos en el marco de una puerta: uno contenía cinco agujeros de la misma altura que variaban en anchura, y el otro, cinco agujeros de la misma anchura que se reducían en altura. Cada sesión se filmó mientras el gato intentaba moverse del lado del experimentador al del dueño a través de los agujeros.

De los 38 gatos que participaron en el estudio, 30 completaron el experimento con éxito. Las grabaciones mostraron que 22 de ellos dudaban antes de intentar pasar por los agujeros más bajos, mientras que solo ocho lo hacían ante los agujeros más estrechos. Este comportamiento sugiere que los gatos no solo confían en su agilidad natural, sino en una especie de conciencia de su cuerpo para evaluar las posibilidades de atravesar espacios complicados.

Este comportamiento vacilante podría deberse a un instinto de autoprotección en el que los gatos, al no poder ver lo que hay al otro lado de un espacio angosto, podrían estar evaluando riesgos potenciales antes de decidirse a pasar. Esto indica que, incluso en la seguridad de sus hogares, los felinos mantienen un sentido de precaución derivado de su percepción corporal.

El estudio, además de aportar conocimiento sobre la movilidad felina, también ha revelado peculiaridades en los comportamientos tanto de los dueños como de los gatos, desmoronando ciertas creencias sobre la inteligencia felina al mostrar resultados opuestos a las expectativas de algunos humanos. Los gatos que a menudo eran considerados “genios” por sus dueños a veces enfrentaban dificultades, mientras que aquellos considerados “torpes” resolvían los desafíos con sorprendente facilidad.

Al concluir el estudio, surge la pregunta de cómo estos hallazgos podrían aplicarse para mejorar la convivencia entre humanos y gatos, optimizando los espacios hogareños y promoviendo el bienestar animal.