Un estudio reciente exploró cómo la retroalimentación enriquecida emocionalmente por inteligencia artificial (IA) puede influir en las emociones y el compromiso de los estudiantes en un entorno de educación superior. La investigación, respaldada por la teoría del control-valor de las emociones de logro, se llevó a cabo en un curso de introducción al diseño web en la Universidad de Queensland.

Este estudio incorporó un experimento aleatorio controlado con 425 estudiantes, separándolos en dos grupos: un grupo experimental que recibió retroalimentación enriquecida emocionalmente, y un grupo control que recibió retroalimentación neutral. Los estudiantes del grupo experimental obtuvieron comentarios que integraban elementos positivos como elogios y emojis para fomentar un ambiente emocional más positivo durante la experiencia de aprendizaje.

Los hallazgos mostraron que la retroalimentación emocionalmente enriquecida fue percibida como más beneficiosa por los estudiantes, quienes experimentaron una reducción de emociones negativas, como el enojo. Sin embargo, no se observó una diferencia significativa en el nivel de compromiso con la retroalimentación ni en la calidad del trabajo de los estudiantes entre ambos grupos.

Pese a que el cambio emocional no se tradujo en mejoras directas en el desempeño académico, los estudiantes apreciaron una mayor calidad del ambiente educativo, lo cual podría ser positivo para su bienestar emocional general. Esto es particularmente relevante en escenarios de aprendizaje digital, donde la falta de interacciones físicas puede desencadenar una desconexión emocional y una posible disminución en la motivación de los estudiantes.

En conclusión, integrar elementos emocionales en la retroalimentación generada por IA puede no mejorar directamente el rendimiento académico, pero resulta crucial para fomentar un entorno educativo más receptivo que mejore la experiencia estudiantil, al mismo tiempo que se disminuyen las emociones negativas.