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viernes 4 de de 2024

La Lucha por la Recuperación Tras el Huracán Helene

La devastación provocada por el huracán Helene ha dejado expuesto un problema mayor: la escasa cobertura de seguros contra inundaciones en el sureste de Estados Unidos. En las zonas afectadas, como Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, un ínfimo porcentaje de hogares posee seguro de inundación federal, lo que amplifica las dificultades para la recuperación.

A raíz de las intensas lluvias, las calles de lugares como Atlanta, Georgia, quedaron sumergidas. En Boone, Carolina del Norte, menos de 2.5% de las viviendas están aseguradas, reflejando una amplia falta de previsión ante riesgos que muchos, como el jefe de bomberos local, Jimmy Isaacs, jamás imaginaron que enfrentarían.

Esta brecha de seguros se debe, en gran parte, al hecho de que las pólizas de inundación se venden por separado del seguro de vivienda estándar, y muchas personas no las adquieren ya que no residen en áreas costeras o no perciben el riesgo. En estados como Carolina del Sur, menos del 1% de los hogares afectados por Helene tienen cobertura, mientras que en Georgia, ese número es del 8.5%, un porcentaje sesgado por la alta cobertura en lugares como Savannah.

Con el cambio climático exacerbando estos fenómenos, el huracán no solo dejó daños físicos, sino consecuencias económicas significativas para muchas familias que carecen de ahorros o acceso a préstamos. Según Carolyn Kousky, experta en seguros de inundación, la carencia de seguros puede amplificar la desigualdad post-desastre.

Donald Hornstein, experto en clima y economía, alerta sobre la duradera recuperación de aquellas personas sin seguro, quienes ya se enfrentan a la caída del valor de sus propiedades y al riesgo de perder sus hogares, un destino que ya afectó a muchos tras el huracán Harvey en 2017.

El huracán Helene, al igual que eventos climáticos recientes, ha puesto de relieve la importancia de reformar y actualizar los mapas de inundación de FEMA, así como de fomentar la adquisición de seguros en áreas no tradicionales. Sin una acción significativa, las comunidades seguirán en riesgo, viéndose forzadas a depender de una ayuda federal limitada y problemática ante futuros desastres climáticos, cuya frecuencia e intensidad solo irá en aumento.

Para enfrentar estos desafíos, como indica Andrew Rumbach del Urban Institute, es crucial un planeamiento adecuado para fortalecer la resiliencia ante las amenazas climáticas del futuro, asegurando protección financiera para millones de hogares.