La creencia de que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (ADHD por sus siglas en inglés) es exclusivo de la niñez ha cambiado radicalmente. Estudios actuales indican que alrededor del 2.5% al 3% de los adultos también lo padecen, en comparación con el 5% al 6% de los niños. Sin embargo, el reconocimiento y el tratamiento para adultos están mejorando, permitiendo que cada vez más personas reciban diagnósticos precisos.
En 2013, la publicación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) facilitó el diagnóstico de adultos, reduciendo el número necesario de síntomas de seis en niños a cinco en adultos. A pesar de esto, muchas personas siguen sin ser diagnosticadas, especialmente en entornos de salud mental para adultos, según la psicóloga Margaret H. Sibley, quien ha trabajado en varios estudios recientes.
El impacto del ADHD en la vida adulta es significativo. Los adultos con falta de atención e hiperactividad enfrentan desafíos únicos, como dificultad para completar informes extensos, mantener el foco en reuniones o incluso en situaciones cotidianas como cenas en restaurantes. Estos síntomas pueden afectar tanto en el ámbito laboral como en las relaciones personales.
Un análisis de 2021 indicó que la prevalencia basada en síntomas específicos en adultos podría llegar al 9% en jóvenes adultos y más del 4% en mayores de 60 años. Aunque algunos individuos superan la condición, esto es menos común de lo que se creía. La evolución de los síntomas está influenciada por el ambiente, y pueden resurgir bajo situaciones de estrés.
Si bien es posible que el ADHD parezca surgir en la adultez, la mayoría de estos casos son probablemente diagnósticos erróneos o síntomas no detectados en la infancia, señala Sibley. Esto es particularmente cierto en mujeres, quienes suelen presentar más síntomas de inatención que de hiperactividad.
El tratamiento a menudo incluye medicación, generalmente estimulantes como Ritalin, aunque muchos descontinúan su uso debido a la independencia adolescente, aumento de costos o falta de experiencia por parte de los proveedores de atención médica en tratar a adultos.
No seguir el tratamiento puede dar paso a problemas de salud adicionales. Investigaciones sugieren que el ADHD está asociado con riesgos ligeramente mayores de enfermedades cardiovasculares, obesidad y problemas de sueño.
A medida que la comprensión sobre el ADHD adulto avanza en la comunidad médica, los adultos tienen la oportunidad de mejorar su calidad de vida mediante diagnósticos y tratamientos adaptados a sus necesidades. El cambio en la percepción cultural respecto a este trastorno está facilitando que las personas puedan obtener la ayuda necesaria para manejar adecuadamente su condición más allá de la infancia.