Los modelos de IA comercialmente accesibles han encontrado un nuevo y preocupante campo de aplicación: el ámbito militar. En un contexto donde la inteligencia, la vigilancia, la adquisición de objetivos y el reconocimiento (ISTAR, por sus siglas en inglés) se están transformando con la ayuda de la IA, estas tecnologías están redefiniendo la inteligencia militar en todo el mundo.
Las tecnologías de modelos fundacionales han extendido sus raíces en aplicaciones que van desde la recopilación de inteligencia hasta la vigilancia masiva. Un artículo reciente resalta que estos sistemas pueden utilizar información personal, recolectada a menudo con fines comerciales, para orientar operaciones militares y de vigilancia, implicando riesgos serios para la privacidad de los individuos. Estudios destacan cómo los errores en estos sistemas pueden tener consecuencias mortales, exacerbando el daño civil en regiones de conflicto como Gaza.
La proliferación de estos modelos con acceso a datos comerciales y personales se relaciona directamente con la cantidad de información disponible y la forma en que se protege. Los esfuerzos regulatorios actuales no han logrado mitigar adecuadamente estos riesgos debido a la falta de medidas concretas y eficaces para controlar el uso de estos datos dentro de los modelos de IA.
Por otro lado, hay una preocupación creciente sobre la capacidad de los adversarios de explotar datos comerciales relacionados con la defensa y convertirlos en ventajas estratégicas en el campo de batalla. La comunidad militar y de seguridad está cada vez más alarmada por el potencial de los modelos de IA para transformarse en herramientas de espionaje y vigilancia, que podrían utilizarse para manipular y explotar personalidades y situaciones en todo el mundo.
Para mitigar estos preocupantes desarrollos, se sugiere implementar políticas que protejan los datos personales y bloqueen su uso para fines militares. La intervención en políticas debe garantizar que los datos personales utilizados por modelos fundacionales sean tamizados para eliminar la información sensible que pueda comprometer la seguridad nacional.
En conclusión, la expansión de las aplicaciones de IA en el ámbito militar cierra la brecha entre los usos comerciales y bélicos, lo que plantea desafíos para la privacidad y la seguridad nacional. La reducción de riesgos potenciales derivados del uso de IA requiere una intervención política decisiva enfocada en el control del acceso y uso de datos personales detallados.