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jueves 17 de de 2024

Las impactantes raíces de los meteoritos terrestres reveladas

La mayoría de los meteoritos que aterrizan en la Tierra tienen su origen en solo unos pocos choques dentro del cinturón de asteroides, según informan dos nuevos estudios publicados el 16 de octubre en la revista Nature. Los investigadores han determinado que el 70% de los meteoritos provienen de colisiones catastróficas que ocurrieron en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, destacando un evento de impacto en particular que aconteció hace aproximadamente 470 millones de años.

Esta información resulta valiosa para los científicos, ya que tener claridad sobre la “dirección de retorno” de los meteoritos les permite comprender mejor cómo estos bloques fundamentales de planetas se unieron para formar el sistema solar tal como lo conocemos hoy. Sin embargo, también sugiere que nuestra colección de meteoritos en la Tierra podría estar sesgada, mostrando solo una pequeña parte de la historia completa.

La investigación se ha centrado especialmente en los condritos ordinarios, que son las rocas espaciales más comunes que caen en nuestro planeta. Dos clases de estos condritos, los conocidos como H y L, representan el 70% de todas las caídas de meteoritos. En particular, los condritos L parecen provenir de una colisión masiva con un asteroide padre de al menos 100 kilómetros de diámetro, quedando liberados tras un impactante y supersónico choque.

Utilizando elementos radiactivos en descomposición para datar la antigüedad de estos meteoritos, los científicos han determinado que surgieron por primera vez de una colisión hace unos 470 millones de años. Para identificar el sitio de este cataclismo en el cinturón de asteroides, los investigadores utilizaron el Telescopio Infrarrojo de la NASA en Hawái para escanear prominentes asteroides de tipo rocoso, comparando sus características minerales con las de los condritos L.

El grupo de asteroides más similar encontrado fue la familia Massalia, cuyo origen parece remontarse a hace 500 millones de años a partir de un asteroide antiguo más grande. Este descubrimiento sugiere que el impacto que originó los condritos L también podría haber creado la familia de asteroides Massalia 500 millones de años atrás. Un asteroide en este grupo tiene aproximadamente 140 kilómetros de longitud, ajustándose perfectamente al rango de tamaño esperado del cuerpo original de los condritos L.

Además, otros datos independientes apuntan a la familia Massalia como fuente de los meteoritos, dado que los asteroides cercanos a la Tierra con firmas similares a los condritos L también tienen órbitas que los llevan de vuelta a esta familia. Las órbitas de los meteoros que atraviesan los cielos de la Tierra antes de dejar meteoritos L también trazan su origen a esta familia. “Todo apunta a lo mismo. No hay duda”, comenta Michaël Marsset, astrónomo del Observatorio Europeo Austral en Santiago de Chile y coautor del estudio.

El impacto ancestral también sembró el terreno para una serie de bombardeos recientes, enviando corrientes de material chutitas de regreso al mayor remanente del asteroide. Otro impacto, no más de 40 millones de años atrás, disparó estos restos hacia la Tierra. En cuanto a los condritos H, se ha encontrado que tienen entre 5 millones y 8 millones de años de antigüedad, sugiriendo que provienen de eventos de impacto distintos, quizás dos diferentes. Analizando las órbitas pasadas de la familia de asteroides Koronis2, se determinó que muchos de ellos existieron como un solo asteroide hace 7.6 millones de años.

La posibilidad de que la colección de meteoritos terrestres esté fuertemente sesgada hacia unos pocos asteroides es preocupante, señala Sara Russell del Museo de Historia Natural de Londres. “El cinturón de asteroides alberga una deslumbrante variedad de rocas, cada una revelando algo distinto del sistema solar”, dice. Sin embrago, también apunta que existe una solución: poner en marcha misiones espaciales para buscar estos antiguos archivos rocosos directamente.