La propagación del mpox ha sido declarada una emergencia de salud pública internacional, y el mundo está tomando nota. El mpox, anteriormente conocido como viruela del mono, se manifestó por primera vez en humanos durante la década de los 70, tras un ajuste zoonótico del virus similar al que saltó a los humanos con la viruela. Recientemente, en agosto, la Organización Mundial de la Salud dió la alarma por segunda vez en dos años, debido a que la propagación no muestra señales de ceder.
El Ivan Toms Center for Health se erige como un bastión en la lucha contra este brote en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, proporcionando atención especializada a hombres que tienen relaciones con hombres, un grupo considerado de alto riesgo. Durante el brote de 2022, más del 90% de los casos conocidos de mpox fueron documentados entre hombres homosexuales y bisexuales. Este distanciamiento de nuestra concepción inicial se debió a dinámicas de transmisión observadas por investigadores y funcionarios de salud.
En los últimos años, Nigeria ha estado en la delantera al descubrir la transmisión sexual del mpox. Dimie Ogoina y su equipo aportaron que el 40% de las personas diagnosticadas con mpox en 2022 tenían coinfección de VIH. Aquellos con VIH más avanzado presentaban consecuencias clínicas más severas del mpox y mayores índices de mortalidad. La relación entre ambas enfermedades sigue siendo un enigma que, una vez descifrado, podría ser crucial para mitigar la propagación.
La respuesta al mpox ha aprendido del pasado. Lecciones del VIH/SIDA están siendo cuidadosamente tejidas en la estrategia de salud pública. Tales aprendizajes incluyen el cambio de nombre en 2022 del mpox, para evitar lenguajes estigmatizantes, y una comunicación más estructurada y coordinada.
La detección de casos y el manejo del tratamiento serán críticos en cómo evoluciona este brote. En julio de 2024, Sudáfrica notificó a la OMS 20 casos confirmados de mpox entre mayo y julio, con tres muertes. Esta vez, los brotes están mostrando una variabilidad en su clado y en las comunidades afectadas, como en el caso de la República Democrática del Congo, donde se extiende principalmente entre hombres que ven a mujeres trabajadoras sexuales. La comprensión de estas diferencias de transmisión es vital para una respuesta efectiva.
El acceso a vacunas también juega un papel decisivo. Sudáfrica enfrenta escasez en el suministro a pesar de que las vacunas han sido reforzadas en otras partes. Durante la pandemia del COVID-19, África rompió paradigmas en la vacunación, con países como Tanzania mostrando un notable avance al integrar las políticas de vacunación con otros servicios de salud. Este modelo espera replicarse con el mpox para optimizar la distribución de vacunas en futuras emergencias de salud, con iniciativas como el Fondo de Primera Respuesta de Gavi sorprendiendo sobre la mesa para asegurar un acceso temprano a las vacunas.
La historia parece repetirse, pero esta vez, el conocimiento está de nuestro lado. Lecciones aprendidas nos encaminan a un futuro más informado y preparado, aunque el camino hacia la erradicación total del mpox aún está lejos.