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lunes 21 de de 2024

Redescubriendo a los Primeros Movimientos del Pasado

La era paleontológica siempre trae consigo descubrimientos fascinantes, pero lo que recientemente capturaron los paleontólogos en el desierto australiano es un hallazgo que nos conecta con las primeras formas de vida compleja en la Tierra. Se trata de un organismo enigmáticamente denominado Quaestio simpsonorum, que data de hace unos 575 millones de años y que ha provocado un revuelo entre los científicos dedicados a desentrañar la historia de la vida en nuestro planeta.

Este curioso fósil fue descubierto en el parque Nacional Nilpena Ediacara, un sitio que encierra algunos de los registros fósiles más antiguos de la Tierra, incluyendo los de la biota ediacarana. En colaboración con científicos estadounidenses, los paleontólogos del Museo de Australia del Sur han identificado más de una docena de estos organismos, cada uno preservado en la antigua matriz orgánica de algas microscópicas y bacterias, que nos ofrece un lienzo fósil de su presencia.

Lo que diferencia a Quaestio simpsonorum de otros fósiles de su época es su configuración: una forma de semilla con bordes duros y lo que parece un signo de interrogación en su parte posterior, dándole un aspecto bilateral, una característica que actualmente se observa en los animales modernos, incluidos los seres humanos. Este rasgo de simetría bilateral, combinado con una extraña torsión asimétrica, sugiere que estos organismos fueron de los primeros en intentar un diseño corporal complejo.

Más intrigante aún es la evidencia de motilidad. Al descubrir estos fósiles con impresiones levemente desplazadas en el sustrato pétreo, los científicos de Harvard confirmaron que Quaestio simpsonorum podía moverse por iniciativa propia, lo que representa un hito en la evolución del movimiento animal. “Este es un signo innegable de que estos organismos tenían la capacidad de movilidad autónoma”, subrayó Ian Hughes, biólogo evolutivo de la Universidad de Harvard.

El estudio de estos antiguos seres no se queda solo en la comprensión de cómo los animales comenzaron; también está relacionado con la comprensión de su supervivencia y eventual extinción. Los científicos, encabezados por la paleontóloga Mary Droser, utilizan estos hallazgos para estudiar el impacto de cambios ambientales catastróficos, como los niveles de oxígeno fluctuantes que podrían haber truncado su perdurabilidad.

Con tal riqueza de información fósil, no es de extrañar que el parque Nilpena Ediacara esté en camino de ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. “Estos registros fósiles son puertas traseras al pasado que podrían esclarecer fenómenos sencillos y complejos en la evolución de la vida”, indicó Droser.