Solo noticias

y ya

martes 24 de de 2024

Reevaluación Confirma Estabilidad del Florida Current en Décadas Recientes

La circulación oceánica, fundamental para regular el clima de la Tierra, parece encontrarse en mejor estado del que se temía. Durante años, científicos habían especulado sobre el debilitamiento del Florida Current, una corriente esencial que transporta agua caliente y salada del Golfo de México al Gulf Stream. Sin embargo, un reciente estudio publicado en ‘Nature Communications’ revela que dicha corriente ha mantenido su estabilidad en las últimas décadas.

El Florida Current, un componente crucial del Sistema de Circulación Meridional del Atlántico (AMOC), ha sido observado con precisión mediante un cable submarino de telecomunicaciones instalado en 1982 a través del Estrecho de Florida. Este cable detecta los iones en las aguas de mar, generando voltajes que permiten a los científicos medir el flujo del agua. A pesar de informes anteriores que sugerían un declive significativo, los nuevos datos indican que el flujo solo ha disminuido en unos 100,000 metros cúbicos por segundo desde el año 2000, muy por debajo de la cifra inicialmente estimada.

La adaptación de los datos para tener en cuenta la orientación cambiante del campo magnético terrestre reveló que el descenso en el flujo desde el año 2000 es mucho menor de lo reportado previamente. Esto corroboró que el AMOC ha disminuido aproximadamente en un 40% menos de lo sugerido, estimando actualmente una caída de 800,000 metros cúbicos por segundo por década desde 2000.

Expertos como el oceanógrafo Hali Kilbourne celebran los hallazgos, pero advierten que existen limitaciones debido a que los datos abarcan solo unas pocas décadas. Aunque la comunidad científica usa datos paleoclimáticos como el tamaño de los granos de lecho marino y las composiciones de coral para entender la variabilidad centenaria del AMOC, todavía es incierto cómo los cambios recientes pueden relacionarse con la acción del hombre o con variaciones naturales.

El AMOC es una vasta ‘cinta transportadora’ de calor y nutrientes que afecta temperaturas globales y mantiene ecosistemas marinos vitales. Su desaceleración podría resultar en el enfriamiento de partes del hemisferio norte y la subida del nivel del mar en ciertas áreas. A pesar de todo, la investigación recalca que persiste la necesidad de estudios extensos y continuos para captar un panorama más completo de cómo la actividad humana puede impactar este sistema en el futuro.