La relación entre el gobierno del Reino Unido y la industria musical británica, anteriormente caracterizada por la cordialidad, está en riesgo con las nuevas reformas propuestas por la administración de Keir Starmer. La controversia se centra en las modificaciones al régimen de derechos de autor, que facilitarían a las empresas de inteligencia artificial entrenar sus modelos utilizando obras con derechos sin necesidad de licencia. Esto ha desatado la preocupación de artistas y editores, quienes insisten en proteger el valor económico y cultural de la industria creativa del Reino Unido, valorada en más de 100 mil millones de libras anuales.
En un evento reciente en la cumbre de inversión internacional del Reino Unido, destacaron la importancia de los “activos creativos” del país. La música británica, simbolizada por estrellas como Taylor Swift, ha sido utilizada para transmitir un fuerte mensaje a los políticos, subrayando el riesgo de diluir un sector que ha sido pilar del crecimiento económico. Con regalos como boletos para conciertos de artistas de renombre, la industria busca influir, aunque no hay evidencia de que esto haya impactado directamente en la política.
El gobierno de Starmer ha sostenido consultas sobre la regulación de derechos de autor, planeando permitir que las empresas de IA realicen minería de datos comerciales sobre obras protegidas a menos que los titulares de derechos opten por retirarse. Estas iniciativas tendrían que equilibrarse con obligaciones de transparencia para que las empresas de IA revelen el contenido utilizado en sus modelos.
Por otro lado, empresas tecnológicas han advertido que restricciones demasiado estrictas podrían obstaculizar la capacidad de desarrollo de modelos, lo que afectaría el atractivo del Reino Unido para inversiones, con estimaciones de Google sugiriendo incrementos potenciales de 400 mil millones de libras para la economía británica si se adopta ampliamente la IA.
Es un delicado equilibrio entre sostener un sector creativo robusto y abrazar el potencial de innovación e inversión que trae la inteligencia artificial. Sin embargo, decisiones apresuradas en pro de la IA a expensas de la industria creativa podrían desatar una reacción adversa tanto cultural como económica. La música británica enfatiza el respeto y la ejecución efectiva de las protecciones que garantizarán su retención como potencia creativa a nivel mundial.