Astrónomos han detectado una nube de sodio orbitando alrededor de un exoplaneta gigante gaseoso, WASP-49b, en un sistema estelar ubicado a unos 635 años luz de la Tierra. El exoplaneta, orbitando una estrella amarilla llamada WASP-49, no tiene características volcánicas, lo que hace que el origen de esta nube sea intrigante.
Los científicos sugieren que la nube proviene de una exoluna rocosa, marcada por intensa actividad volcánica, orbitando WASP-49b. La dirección contraria en la que la nube se mueve en comparación con el planeta y su distancia respecto a la atmósfera del mismo apoya la hipótesis de que el sodio no es parte de la capa gaseosa del gigante. En 2017 se descubrió una extraña capa de sodio en las altas altitudes del exoplaneta, y en 2019, se propuso que un exoluna era su fuente probable.
Observaciones recientes realizadas con el Telescopio Muy Grande del Observatorio Europeo Austral muestran que la nube de sodio no está presente de forma constante y desaparece a intervalos irregulares detrás de WASP-49b y su estrella. El sodio detectado es neutral, sugiriendo un suministro continuo ya que fotoioniza rápidamente cerca de una estrella.
Los modelos computacionales revelan que la señal coincide con una exoluna volcánica que podría estar orbitando el exoplaneta aproximadamente cada ocho horas. Este fenómeno podría recordar la interacción entre Júpiter y su luna Ío, famosa por sus volcanes, impulsada por fuerzas de marea gravitacionales.
A pesar del interés científico que suscita esta luna volcánica, sus días pueden estar contados. La proximidad y las fuerzas ejercidas por WASP-49b podrían hacer que la órbita de la luna se decaiga con el tiempo, llevándola a un destino catastrófico al caer eventualmente en el exoplaneta. Esto representa no solo un descubrimiento fascinante, sino también una oportunidad para aprender sobre la interacción y evolución de tales sistemas cósmicos. La investigación ha sido publicada en The Astrophysical Journal Letters.