Un reciente estudio ha revelado que la generación de los baby boomers, que abarca a personas nacidas en los años finales de la década de 1940 y en la de 1950, enfrenta más problemas de salud al envejecer, a pesar de vivir más años que la generación anterior. Los datos, recopilados entre 2004 y 2018 de 114,526 individuos y analizados por investigadores del University College London y la Universidad de Oxford, muestran una tendencia preocupante en cuanto al aumento de la obesidad, enfermedades crónicas y discapacidades.
A lo largo de Inglaterra, Europa, y los Estados Unidos, indicadores como el índice de masa corporal sugieren un empeoramiento en la salud auto-reportada por estos individuos. Laura Gimeno, una científica de salud de UCL, expresó su inquietud al afirmar que las recientes generaciones parecen estar experimentando un ‘deterioro generacional de la salud’, donde los jóvenes de hoy enfrentan peores condiciones que las generaciones pasadas a edades similares.
Condiciones como cáncer, enfermedades pulmonares, diabetes y colesterol alto son más prevalentes en esta generación, afectándolos al menos una vez y media más que a sus predecesores al llegar a sus 50 y 60 años. En cuanto a movilidad y actividades diarias como lavarse y comer, las mejoras observadas en décadas pasadas en temas de discapacidad han dejado de avanzar o incluso han retrocedido en algunas regiones.
Sorprendentemente, estos resultados emergen en un contexto de grandes avances en la medicina y el conocimiento sobre salud. Otras investigaciones coinciden en señalar un incremento en problemas de salud para las personas mayores, más allá de simplemente vivir más años o detectar condiciones de manera anticipada.
Aun cuando el estudio no detalla las causas exactas de este fenómeno, destaca factores como el aumento de individuos con sobrepeso y la disminución de la actividad física en ciertas regiones. Según Gimeno, el auge de la obesidad podría estar contribuyendo a graves discapacidades entre los baby boomers, a pesar de que las tasas de discapacidad han disminuido en generaciones nacidas antes de la guerra.
Con una baja en las tasas de fertilidad y natalidad, pero una esperanza de vida creciente, el envejecimiento de la población presenta desafíos mayores para asegurar el bienestar de las personas en sus últimos años. Sin embargo, los investigadores subrayan que no es necesario conformarse con esta tendencia. El avance en diagnósticos y tratamientos ofrece más herramientas que nunca para prevenir, identificar y tratar cuestiones de salud. Conocer estos patrones podría ayudar a diseñar estrategias eficientes para revertirlos, sugieren los autores.