La preocupación por las toses crónicas ha tomado un nuevo rumbo tras los últimos hallazgos. Un equipo internacional de investigadores publicó recientemente un estudio que sugiere un vínculo genético detrás de estas toses persistentes. Este descubrimiento podría cambiar el enfoque de los tratamientos, haciendo hincapié en la herencia familiar de estos episodios persistentes.
Analizando datos de 7,155 padres y 8,176 hijos adultos en el norte de Europa, los científicos observaron que los hijos de padres con tos crónica no productiva tenían un 11% de probabilidades de desarrollar el mismo tipo de tos, en comparación con un 7% entre aquellos cuyos padres no la tenían. Esta relación permaneció estable incluso al considerar variables como sexo, asma y hábito de fumar.
Curiosamente, la incidencia de la tos productiva, aunque también ligada a la herencia, mostró una disminución de su significancia estadística cuando se consideraban estos factores adicionales, siendo el tabaco un elemento particularmente influyente. No obstante, la asociación general entre toses crónicas y genética apunta a nuevas direcciones en el tratamiento, con estudios en marcha para identificar variantes genéticas específicas que podrían ser tratadas mediante fármacos.
Además, la calidad de vida de quienes padecen estas toses se ve severamente mermada, llevándolos a tomar más días de baja laboral. Aunque entre 2016 y 2018 solo un pequeño porcentaje de la población sueca consultó por tos crónica, los investigadores sugieren que esto podría deberse a la falta de tratamientos efectivos, especialmente entre las mujeres de 40 a 70 años.