En un movimiento que podría redefinir el enfoque de la OTAN hacia el conflicto en Ucrania, el recién nombrado Secretario General de la organización, Mark Rutte, ha expresado públicamente su respaldo a la solicitud de Ucrania de realizar ataques en profundidad dentro de territorio ruso. Durante un viaje no anunciado a Kiev, Rutte enfatizó que el derecho de Ucrania a la defensa propia no se limita a sus fronteras nacionales. Según sus declaraciones, la amenaza representada por los aviones y misiles rusos justifica la extensión de estas medidas de defensa, con el fin de proteger a la infraestructura civil ucraniana que se encuentra bajo constante amenaza de ataque.
Estos comentarios llegan en un momento crucial, justo antes de una cumbre liderada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, programada para el próximo 12 de octubre, donde se debatirá, entre otras cosas, la posibilidad de que Ucrania reciba mayores permisos para sus operaciones defensivas. Rutte subrayó que, en su opinión, Rusia es quien primero cruzó “una línea roja” al iniciar el conflicto, y llamó a la comunidad internacional a reconsiderar su postura sobre el uso de armamento avanzado por parte de Ucrania.
Hasta ahora, potencias occidentales importantes como Estados Unidos y Alemania han mostrado reticencias sobre la escalada que podría desencadenarse si Ucrania fuera autorizada para hacer uso de ataques preventivos dentro de Rusia. No obstante, en un gesto de apoyo concreto, Rutte hizo eco del llamamiento del presidente Zelenskyy para que Occidente proporcione el armamento necesario para defenderse de los drones “asesinos” rusos, subrayando la necesidad urgente de neutralizar no solo aviones y misiles, sino también drones de fabricación iraní que se utilizan en el conflicto.
A medida que se acerca un invierno potencialmente complicado, donde la infraestructura energética ucraniana se encuentra en el punto de mira de Rusia, las declaraciones de Rutte parecen presionar a Estados Unidos y a sus aliados para que revisen su política actual. La postura de la OTAN podría significar un cambio decisivo en la dinámica del conflicto, especialmente si el consenso sobre el suministro de armamento avanzado se fortalece durante la próxima cumbre de líderes mundiales.
Habrá que esperar para ver si los líderes occidentales están dispuestos a asumir los riesgos asociados con ampliar la capacidad defensiva de Ucrania. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca estos desarrollos, considerando sus implicaciones no solo para el conflicto en Ucrania, sino también para la seguridad regional y global.