El primer ministro francés, Michel Barnier, presentó su nuevo gobierno tras dos meses de parálisis política. Su gabinete es descrito como el “más derechista” en más de una década, según un comentarista político veterano. Barnier era el negociador del Brexit y fue nombrado primer ministro hace unas semanas. Ahora, asumirá un papel central en las negociaciones con la Comisión Europea debido al déficit presupuestario de Francia, por haber quebrantado las reglas de la UE sobre gasto público el año pasado.
Dentro del nuevo gabinete hay varias figuras claves. Didier Migaud es el nuevo ministro de Justicia, mientras Catherine Vautrin se encargará de las Asociaciones Territoriales y Descentralización. Bruno Retailleau, un conservador conocido por sus posturas duras sobre inmigración, ha sido nombrado ministro del Interior. Anne Genetet, ahora a la cabeza de Educación Nacional, y Jean-Noël Barrot estará al frente de Europa y Asuntos Exteriores. Otros ministerios clave incluyen Cultura, Defensa, Transición Ecológica, Economía y Salud, mostrando un gabinete diverso pero con predominancia conservadora.
Barnier presentó una lista inicial de miembros del gabinete al presidente Emmanuel Macron tras prolongadas negociaciones. Los rumores indicaban que Barnier estaba dispuesto a aceptar un aumento de impuestos para reducir el déficit, algo que la coalición pro-Macron había marcado como una “línea roja”. La composición del gabinete fue un delicado acto de equilibrio entre los conservadores republicanos y los centristas fieles a Macron. Macron pidió un gobierno inclinado hacia la “unidad nacional”, resultando en una administración que combina tanto novatos centristas como nuevos conservadores.
Bruno Retailleau fue una de las asignaciones más comentadas, debido a su reputación por sus posturas firmes. Su nombramiento como ministro del Interior generó preocupaciones entre algunos aliados de Macron. Alain Duhamel, comentó en BFM que Barnier había compuesto el gabinete más a la derecha desde la era de François Fillon bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy. Esta coalición de fuerzas centristas y de derecha, con el apoyo tácito de la extrema derecha, busca mejorar la calidad de vida, garantizar la seguridad, controlar la inmigración, y atraer inversión económica, además de proteger el medio ambiente y reducir la deuda del país.
La decisión de Macron de convocar elecciones anticipadas después de que el Reagrupamiento Nacional de extrema derecha arrasara en las elecciones europeas en junio, resultó en el estancamiento político actual. Sin embargo, Barnier y su equipo tienen el desafío de entrar con fuerza, tal como detalla en su próximo discurso de política inaugural el 1 de octubre en el parlamento.