La futura dirección de la inteligencia artificial en Estados Unidos está en el centro del debate presidencial, con ambos candidatos opinando sobre cómo debería abordarse esta tecnología que ha revolucionado la vida personal y económica global. Kamala Harris ha tomado una postura proactiva en cuanto a los riesgos potenciales de la inteligencia artificial, subrayando la importancia de las políticas que protejan a los individuos de sus consecuencias adversas. Durante un debate con Donald Trump, Harris instó a invertir en tecnología basada en Estados Unidos para liderar en campos como la inteligencia artificial y la computación cuántica. Por su parte, Trump expresó que la inteligencia artificial podría ser “lo más peligroso” debido a la falta de soluciones claras.
Ambos candidatos coinciden en la necesidad de mantener controles de exportación sobre chips y hardware relacionados como ventaja económica y técnica sobre China. Sin embargo, la diferencia principal reside en la articulación de los riesgos de IA. El enfoque de Harris incluye pasos políticos específicos para asegurar los derechos civiles y libertades, especialmente en cuanto a la privacidad. En contraste, Trump parece más focalizado en fomentar la innovación, como demuestran sus órdenes ejecutivas de 2019 y 2020.
Estas órdenes, que introdujeron la Iniciativa Americana en Inteligencia Artificial, promovieron la privacidad y la transparencia, pero han sido criticadas por su falta de especificidad en temas de riesgo. En octubre de 2023, la administración Biden-Harris emitió una orden que delineaba políticas para el uso gubernamental de la inteligencia artificial, fortaleciendo una infraestructura nacional con un enfoque en la seguridad y la no discriminación de los modelos de IA.
Entonces, en noviembre de 2023, Harris lideró una delegación en una cumbre global de seguridad de la IA en el Reino Unido y anunció la formación del Instituto de Seguridad de la IA de EE.UU. En contraste, Trump ha utilizado contenidos generados por IA en su campaña, lo que ha incluido imágenes falsas de apoyo de celebridades como Taylor Swift. Estos incidentes destacan los riesgos de desinformación impulsada por IA, un tema extendido, como lo demuestra un informe reciente que reveló que el 15% de los estudiantes de secundaria en EE.UU. han escuchado de deepfakes sexualmente explícitos en sus colegios.
A medida que el panorama político avanza, queda claro que el futuro de la IA estará determinado por qué candidato pueda implementar políticas y directivas efectivas para navegar en esta era tecnológica. La creciente influencia de la inteligencia artificial en múltiples aspectos de la vida cotidiana subraya la importancia crítica de estas decisiones en el umbral de las elecciones presidenciales.
Con ambos candidatos prometiendo liderazgo en innovación tecnológica y presentando visiones divergentes para la política de IA, los estadounidenses enfrentan una decisión crucial sobre cuál puede gestionar mejor los desafíos del auge de la inteligencia artificial.