En un escenario político cargado de tensiones transatlánticas, la figura de Donald Trump vuelve a estar en el foco de debate entre los líderes británicos. La ministra del gobierno del Reino Unido, Angela Eagle, no se contuvo al criticar al exmandatario estadounidense durante la conferencia anual del partido Laborista en Liverpool, acusándolo de fomentar actitudes racistas en Gran Bretaña. “Trump hace lo mismo”, afirmó Eagle, refiriéndose al discurso antiinmigración que, según ella, él alimenta.
Desde el equipo de Trump no tardaron en contraatacar con aspereza: “Nadie sabe quién es esta persona aleatoria ni le importa lo que salga de su boca”, declaró el portavoz de la campaña presidencial del magnate, Steven Cheung. Un evidente intento de desestimar las acusaciones y restarle importancia a la retórica usada por la ministra.
El contexto en que Eagle tildó a Trump es delicado, ya que las administraciones británica y estadounidense podrían necesitar colaborar estrechamente en un futuro próximo, especialmente si Trump llega a suceder a Biden en el cargo el próximo noviembre. Mientras tanto, el Reino Unido busca estabilizar sus relaciones diplomáticas con la posible futura administración americana.
Nigel Farage, político británico y allegado a Trump, criticó la postura de Eagle y el partido Laborista, acusándolos de usar el tema de inmigración solo para atacar a quienes muestran preocupación por los cambios indeseados que, según Farage, ocurren en el país debido a esta temática. “Todo lo que pueden hacer es lanzar insultos”, comentó, subrayando la importancia de un diálogo más constructivo.
En sus comentarios, Eagle también dirigió sus críticas hacia los conservadores del Reino Unido, asegurando que el lenguaje “tóxico” utilizado para contrarrestar la amenaza del partido de Farage, Reform UK, ha contribuido a un clima de racismo manifiesto en las calles británicas. Afirmaciones que pintan un panorama sombrío sobre cómo se está usando la retórica política para dividir más que para unir.
En resumen, las palabras de Angela Eagle han exacerbado un ya existente debate sobre las imprudentes tácticas retóricas que proliferan no solo en el Reino Unido, sino también en el espectro político occidental. Frente a tal contexto, solo queda esperar cómo los líderes de ambas naciones decidan navegar estas aguas turbulentas hacia una eventual reconciliación política.