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lunes 23 de de 2024

Controversial giro a la derecha en el nuevo gobierno de Francia

El nuevo gobierno de Francia, liderado por el Primer Ministro Michel Barnier, ha levantado una ola de preocupaciones entre los primeros seguidores del presidente Emmanuel Macron, quienes consideran que el reciente giro hacia una política más conservadora está en desacuerdo con la visión previa del país. Barnier presentó su nuevo gabinete sobre el que recaen críticas por parte de aquellos que apoyaron a Macron desde sus inicios, especialmente centradas en las políticas de inmigración y derechos sociales defendidas por los ministros recién nombrados.

El nombramiento de Bruno Retailleau como Ministro del Interior ha sido especialmente controvertido. Retailleau ha abogado por desmantelar el Esquema de Ayuda Médica Estatal, el cual cubre los costos de salud de inmigrantes indocumentados que han estado en Francia más de tres meses. Además, sus comentarios al afirmar que los inmigrantes de segunda y tercera generación han “retrocedido hacia sus orígenes étnicos” fueron ampliamente criticados, etiquetándolos de racistas por implicar que estos ciudadanos serían menos franceses que otros.

Por otra parte, Laurence Garnier, nueva Secretaria de Estado para Asuntos del Consumidor, también ha sido un foco de debate por su oposición a los derechos LGBTQ+, manifestando su desacuerdo con campañas de prevención del SIDA que incluían parejas homosexuales.

Tras las elecciones apresuradas realizadas este verano, Macron decidió no nombrar un primer ministro de la coalición panizquierda Nuevo Frente Popular, a pesar de haber obtenido más escaños en la Asamblea Nacional pero sin alcanzar la mayoría absoluta. Optó por formar una coalición con el partido conservador Les Républicains, al cual pertenece Barnier.

Barnier aseguró en una entrevista televisiva que, bajo su mandato, el gobierno mantendrá la legislación que ha promovido el progreso social, aunque existe el riesgo de un voto de no confianza debido a una legislatura fragmentada. En su primera reunión con los ministros, indicó que el gobierno sería “progresista”, intentando conciliar tanto a los centristas como al apoyo tácito del partido de extrema derecha Reagrupación Nacional.

A largo plazo, este enfoque corre el peligro de alienar a segmentos cruciales del gobierno, con figuras como Stella Dupont insinuando la posibilidad de una acción de no confianza si el endurecimiento hacia la derecha persiste. El delicado equilibrio que Barnier busca lograr será crucial para evitar una crisis política que pueda desestabilizar su frágil gobierno.