La COP29 este año se celebrará en Azerbaiyán, un país que se encuentra en el centro de una controversia debido a su tratamiento de los derechos humanos. Diversas organizaciones de derechos humanos han instado a las naciones occidentales a usar la cumbre climática para presionar al gobierno de Bakú sobre lo que describen como una “brutal represión” contra periodistas y activistas opositores. Human Rights Watch y Freedom Now destacan detenciones arbitrarias y acusan al régimen de sembrar miedo entre las voces críticas e independientes.
El informe señala que un creciente número de activistas han abandonado el país desde noviembre de 2023, lo que ha disminuido la diversidad de organizaciones activas en la defensa de los derechos humanos. La Unión Europea y otros organismos internacionales han recibido peticiones para exigir que Azerbaiyán cumpla con compromisos concretos en materia de derechos humanos en sus relaciones comerciales con sus estados miembro, especialmente considerando la dependencia europea de sus reservas de gas y petróleo.
En el informe se exponen casos judiciales sospechosos contra periodistas y trabajadores de ONG, acusados de actividades delictivas como emprendimiento ilegal, lavado de dinero y evasión fiscal. Se destaca específicamente el caso de Gubad Ibadoghlu, académico de la London School of Economics, detenido el año pasado, y el del activista por la paz Bahruz Samadov, arrestado bajo cargos de traición.
El pasado septiembre, las fuerzas armadas de Azerbaiyán lanzaron una ofensiva en Nagorno-Karabaj, lo que provocó la huida masiva de unos 100,000 armenios étnicos y atrajo acusaciones de limpieza étnica. A pesar de las fuertes críticas, el presidente Ilham Aliyev ha desestimado los llamados internacionales para liberar a los presos políticos, calificando estas peticiones de “provocaciones extranjeras”.
En respuesta a las crecientes críticas, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Azerbaiyán acusó a la UE de provocar al país. Entretanto, en agosto, el portavoz de asuntos exteriores de la Unión Europea, Peter Stano, advirtió sobre un número creciente de detenciones de periodistas y defensores de derechos humanos desde finales del año pasado.
En conclusión, el panorama en Azerbaiyán se presenta desafiante, no sólo por su papel clave en el suministro energético a Europa, sino también por las tensiones que genera su manejo de los derechos humanos. La COP29 no sólo es una plataforma para discutir el cambio climático, sino también una oportunidad crucial para abordar las preocupaciones de derechos humanos en este país estratégico.