El contexto geopolítico en Medio Oriente parece estar alborotando al mercado internacional del petróleo, aunque sin causar el pánico de otras épocas. Las declaraciones del presidente Joe Biden sobre una posible acción militar israelí contra instalaciones petroleras en Irán generaron un repunte temporal en el precio del crudo, pero las dinámicas del mercado han cambiado notablemente desde los altos históricos.
La capacidad de diversificación en la producción y suministro de petróleo, gracias a volúmenes aumentados desde Estados Unidos y Brasil, junto con el débil consumo de China, contribuye a la estabilidad relativa de los precios globales. Incluso con amenazas latentes, como los ataques con misiles de Irán a Israel, los mercados han mantenido la calma.
El presidente Biden ha expresado que aún no hay acciones inmediatas previstas, pero las discusiones están en curso. A pesar de las tensiones entre Israel e Irán, las repercusiones directas en los precios del crudo parecen ser menores. Analistas destacan la robustez del mercado para compensar potenciales déficits mediante fuentes alternativas o liberaciones de reservas estratégicas de petróleo.
Un incremento en la producción de productores como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos también ofrece un colchón frente a interrupciones severas en el suministro. De hecho, la posibilidad de que el petróleo alcance de nuevo precios cercanos a los 100,00 € por barril se considera limitada a escenarios extremos.
El pasado sirve de lección, como la reacción a los ataques de Irán en 2019 a Arabia Saudita, donde se observó una breve subida en los precios que luego se normalizó rápidamente. Esta experiencia ha mejorado la resistencia del mercado contra choques de oferta.
En resumen, a pesar de las tensiones políticas, el mercado petrolero mundial muestra signos de resiliencia, amortiguando impactos potenciales y manteniéndose estable ante eventualidades que en otras épocas habrían sido devastadoras.