Solo noticias

y ya

jueves 17 de de 2024

El peligroso antes y después de la flota en la sombra de Putin: derramar petróleo y evadir sanciones

Los recientes esfuerzos de Rusia para sortear las sanciones occidentales han desvelado una preocupante realidad: la existencia de una “flota en la sombra” dedicada a transportar petróleo sancionado. Un particular incidente llamó la atención de las autoridades británicas cuando una mancha oscura se extendía 23 kilómetros hacia el Atlántico Norte, señalando al Innova, un buque tanque que directa o indirectamente estaba involucrado.

Grandes cantidades de petróleo en estos barcos recalcan la problemática ambiental que se ha exacerbado desde la invasión rusa a Ucrania. Los barcos de esta flota, a menudo envejecidos y sin mantenimiento adecuado, navegan sin regulación, incrementando así los riesgos de derrames ecológicos, de acuerdo a imágenes satelitales analizadas por organizaciones de investigación.

El dilema no solo se circunscribe al ámbito jurídico, sino también al medioambiental y económico. Las declaraciones de expertos como Isaac Levi destacan que estos derrames afectan gravemente a los ecosistemas costeros, incurriendo en altos costos de limpieza para los estados afectados, pues estas embarcaciones escurren entre las grietas del control internacional.

Las medidas sancionadoras inicialmente concebidas para mermar el flujo económico que sustenta la maquinaria bélica de Putin han visto lagunas que Moscú ha sabido explotar. Relabores de origen del crudo y una flota de más de 600 barcos han evadido la vigilancia económica impuesta por el G7, recolectando miles de millones de euros en operaciones de exportación.

Adicionalmente, los riesgos de colisión no son menores. El caso reciente en aguas de Malasia en que una nave de la flota en la sombra golpeó a otro tanque evidenció la falta crítica de regulaciones y la capacidad de rescate en situaciones de emergencia. Bockmann insiste que Europa, particularmente, encara un “accidente esperando ocurrir” debido al tránsito continuo de estas naves sin regulación adecuada a través de sus aguas.

A nivel internacional, las voces a favor de medidas más enérgicas se hacen más avallasadoras. Desde entidades diplomáticas hasta la voz pública, la exigencia es que los estados individuales adopten sanciones más severas o que se reformulen los convenios para abordar estas emergencias latentes y evitar una catástrofe inminente. Sin embargo, aún quedan pasos cruciales por tomar para lograr una solución efectiva y permanente.

Al concluir, es imperativo que las nuevas regulaciones no solo se centren en reforzar las sanciones, sino que también contemplen medidas de gobernanza marítima integrales, que atajen la evasión de manera contundente y sostenible. Un enfoque multilateral puede desmantelar el entorno permisivo que actualmente reina en las aguas internacionales.