El partido Austria Libertad (FPÖ) ha causado un verdadero revuelo tras ganar las elecciones nacionales del país el pasado domingo con un 29% de los votos, prácticamente duplicando su porcentaje con respecto a las últimas elecciones. Este resultado lo sitúa tres puntos por delante del Partido Popular de Austria (ÖVP) de centroderecha, según los resultados preliminares. El FPÖ, liderado por Herbert Kickl y conocido por su postura amigable con Rusia y antiinmigración, ha recibido felicitaciones de varias esferas conservadoras a lo largo de Europa. Marine Le Pen de la Agrupación Nacional y Matteo Salvini de la Liga Italiana no tardaron en expresar su regocijo ante este cambio político que consideran un “triunfo del pueblo”.
Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad en los Países Bajos, también se mostró exultante y afirmó que éste es un signo de “cambio de tiempos”. Los resultados no son sólo una victoria para el FPÖ, sino también un reflejo del creciente sentimiento en Europa de recuperar la identidad, la soberanía y reducir la inmigración ilegal.
El Trasfondo histórico del FPÖ añade una dimensión controvertida a este triunfo, ya que fue fundado en la década de 1950 por antiguos miembros de las SS y otros veteranos nazis. Esta conexión pasada resuena en sus políticas actuales de construir un “Austria Fortaleza” para mantener fuera a los migrantes.
Esta victoria simboliza una influencia más fuerte de los grupos de derecha en el Parlamento Europeo, algo que Viktor Orbán, Primer Ministro de Hungría, no tardó en señalar. Orbán, quien no escatima elogios para Kickl, lo describió como un “nuevo éxito para los Patriotas”. Otros políticos de la región, incluyendo al ex Primer Ministro checo Andrej Babiš, también han enfatizado este fortalecimiento de los “Patriotas para Europa”.
Mientras tanto, el Partido Socialdemócrata sufrió su peor desempeño histórico, terminando en tercer lugar con el 21% de los votos, y los Verdes, parte de la actual coalición gobernante junto al ÖVP, vieron desplomarse su apoyo a solo el 8%. La excepción notable de la noche fueron los liberales de NEOS, quienes obtuvieron un sorprendente apoyo de más del 9%.
Este resultado electoral no solo redefine el panorama político en Austria, sino también envía un mensaje claro sobre las tendencias ideológicas que continúan ganando terreno en Europa. La pregunta que queda es cómo otras naciones reaccionarán y responderán a estos cambios, y cómo impactará a la cohesión del continente en asuntos cruciales como la inmigración y la seguridad.