En un giro sorprendente e inesperado, Benjamin Netanyahu, quien parecía haber sido consagrado al olvido político tras el ataque del 7 de octubre por Hamas, ha resurgido nuevamente en la política israelí. En octubre del año pasado, Netanyahu y su partido se tambaleaban con pésimos resultados en las encuestas, muy lejos de los días en que había sido conocido como “Bibi el mago”.

Sin embargo, su decisión audaz de ordenar ataques contra objetivos de Hezbollah respaldados por Irán y la eliminación del líder del grupo, Hassan Nasrallah, ha cambiado drásticamente el panorama. Estos eventos no solo provocaron reacciones sorprendidas a nivel internacional, sino que también catapultaron la popularidad de Netanyahu en Israel. El conflicto abierto con Irán elevó la cuestión de hasta dónde está dispuesto a llegar en su búsqueda por transformar el Medio Oriente en beneficio de Israel.

Benny Gantz, entonces ministro de Defensa, fue uno de los críticos más duros de Netanyahu, acusándolo de poner sus intereses políticos por encima de los esfuerzos de postguerra. No obstante, Gantz ha pasado de ser un opositor a un aliado en el esfuerzo militar de Israel, respaldando abiertamente las operaciones en la región y llamando a otros gobiernos a seguir el ejemplo de combatir a los proxies de Irán en Líbano y Yemen.

El éxito militar ha logrado revitalizar la imagen de Netanyahu, con encuestas recientes mostrando un crecimiento en el apoyo al Likud, partido que se ha movido de mínimos históricos a liderar las preferencias. La reincorporación de Gideon Sa’ar al gobierno también ha jugado un papel fundamental, fortaleciendo la frágil cohesión de su coalición en la Knesset.

Pero a pesar de los avances en las encuestas, el futuro electoral del primer ministro no es del todo certero. Según Nadav Shtrauchler, antiguo asesor electoral de Netanyahu, todavía hay un largo camino por recorrer antes de que las heridas del 7 de octubre sean olvidadas por el electorado. Aun así, si algo ha demostrado Netanyahu a lo largo de su carrera es su habilidad para orquestar retorcimientos políticos que desafían las probabilidades.

La historia reciente de Netanyahu destaca el delicado equilibrio de poder en la región y plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones de Israel con sus vecinos y adversarios.