En medio de la intensificación de tensiones en el Medio Oriente, Israel llevó a cabo ataques aéreos sobre los suburbios sureños de Beirut y el norte de Gaza el domingo. La acción militar tiene como objetivo la infraestructura terrorista de Hezbollah, según afirmaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF).
Las localidades seleccionadas por las fuerzas israelíes incluyeron el cuartel general de inteligencia de Hezbollah y un taller subterráneo de armas ubicado en Beirut. Esta respuesta militar se produjo tras el lanzamiento de aproximadamente 70 cohetes desde Líbano hacia Israel, algunos de los cuales fueron interceptados, pero otros impactaron el suelo, provocando incendios.
El ataque aéreo en Gaza resultó en la muerte de al menos 87 personas en la localidad de Beit Lahiya, según las autoridades de salud del territorio. A pesar de las muertes, la IDF no emitió un comentario inmediato, afirmando que las operaciones aéreas y terrestres continuarían en toda Gaza.
El asalto israelí sobre Líbano y Gaza se produce tras un episodio escalofriante: un ataque con drones sobre la residencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Caesarea. Netanyahu y su gabinete de seguridad, representado por Gideon Sa’ar, señalaron a Líbano como responsable del atentado, considerándolo un intento de asesinato perpetrado por Hezbollah. “Lo que hizo Hezbollah, brazo de Irán, es imperdonable”, recalcó Netanyahu, prometiendo que habrá un “alto precio” por pagar.
Por otro lado, el clima humanitario en Gaza es cada vez más desesperante, con el coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en el Medio Oriente, Tor Wennesland, advirtiendo del aumento de víctimas civiles y la necesidad urgente de facilidades humanitarias.
En el contexto más amplio de esta crisis, se reveló que Israel ha estado planeando ataques de represalia contra Irán por el lanzamiento de misiles balísticos hacia su territorio a principios de octubre. Las recientes filtraciones de inteligencia estadounidense han arrojado luz sobre las preparaciones israelíes, con el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, reafirmando que cualquier respuesta sería letal, precisa y sorpresiva.
La escalada de violencia en la región mantiene al mundo en vilo, mientras líderes internacionales piden una resolución que detenga la devastación que viven los civiles. Sin embargo, las aspiraciones de paz parecen una meta cada vez más lejana dado el actual clima de hostilidad, que sigue cobrándose un alto peaje humano y económico en la región.