El escándalo de las visas rusas en Polonia ha desatado una tormenta política y diplomática. Según un informe de la Oficina Nacional de Auditoría de Polonia (NIK), más de 1,800 ciudadanos rusos ingresaron a Polonia con visas emitidas “sin ninguna base legal” durante un período de 22 meses, coincidiendo con el inicio de la guerra de Moscú en Ucrania. Estas irregularidades comenzaron a gestarse desde noviembre de 2022 hasta mayo de 2023, bajo el régimen del partido nacionalista Ley y Justicia (PiS), conocido por su postura conservadora y nacionalista en políticas internas y externas.
El NIK denunció un mecanismo corrupto dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores, que ejercía presión indebida sobre ciertos cónsules polacos, agilizando el procesamiento de aplicaciones de visas que, en varias ocasiones, se emitían sin la presencia física de los solicitantes. Esto refleja una grave pérdida de control sobre el sistema de visas, agravada entre 2018 y 2023, según el ministro de Exteriores Radosław Sikorski.
Uno de los programas en cuestión, “Poland. Business Harbour”, diseñado para atraer a especialistas y empresas a Polonia, también se vio implicado en estas irregularidades, lo que llevó a la nueva administración pro-occidental del primer ministro Donald Tusk a cancelarlo. Banás, el jefe del NIK, sostiene que las visas emitidas bajo este programa carecían de justificación legal, generando un canal rápido y económico de entrada a la Unión Europea para los rusos.
Sikorski y el primer ministro Tusk calificaron los hallazgos del informe como “devastadores”. Con Rusia lanzando su invasión a gran escala contra Ucrania el 24 de febrero de 2022, la emisión de casi 2,000 visas polacas a ciudadanos rusos, muchas veces bordeando la legalidad, va en contra de las sanciones políticas y económicas impuestas a Moscú.
El impacto de estas revelaciones podría afectar las relaciones diplomáticas entre Polonia y Rusia, además de impulsarse una revisión profunda de los procesos administrativos de visas dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores polaco. En el centro de esta tormenta política, las preguntas sobre rendición de cuentas y reformas necesarias para rectificar estos desajustes sistémicos siguen resonando.