En un movimiento que podría revolucionar el mercado de los vehículos eléctricos (EVs) y agitar el comercio internacional, la administración Biden ha anunciado un plan integral para prohibir el software de vehículos chino y parte de su hardware conectado a Internet en Estados Unidos. Este esquema de prohibición, que se plantea como una medida de seguridad nacional, señala que estas tecnologías representan “nuevas amenazas” a la seguridad del país.
Las preocupaciones no son aisladas ni infundadas; se basan en amenazas concretas de vigilancia y sabotaje por parte de China, tal como sucedió anteriormente con la prohibición de ciertos equipos de telecomunicaciones de Huawei y ZTE. Documentos previamente divulgados indicaron la participación de Huawei en esfuerzos de vigilancia estatal chinos, y ahora se teme que los vehículos conectados puedan seguir un camino similar.
Las restricciones van más allá del software: cualquier dispositivo que enlace el coche al mundo exterior —como componentes Bluetooth, celulares, Wi-Fi y satelitales, así como cámaras, sensores y computadoras internas— estará bajo el paraguas de la prohibición. Las acciones comenzarán para los modelos de 2027, mientras que el hardware quedará vetado a partir de 2030.
Adicionalmente, el baneo también incluye tecnologías automotrices rusas, aunque el mercado de EV ruso tiene una orientación doméstica robusta y no genera tanto anhelo global como las opciones asequibles de China. Este baneo prácticamente obstaculiza la importación de todo vehículo chino, un movimiento que se ha visto tensionado por tarifas recientes impuestas a sus EVs.
La administración enfatiza que la mejora de la seguridad nacional, y no el bloqueo a EVs económicos, es la razón detrás de este plan. Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente, destacó los “nuevos riesgos y amenazas” que los vehículos conectados con tecnologías extranjeras traen consigo, citando el temor hacia el espionaje respaldado por programas como Volt Typhoon, una presunta operación china para introducir códigos maliciosos en infraestructuras críticas estadounidenses.
Mientras tanto, este paso podría abrir la puerta a un conjunto más amplio de acciones gubernamentales a lo largo de los años, continuando independientemente de quién esté al mando en la Casa Blanca, según Peter Harrell, exdirector del Consejo de Seguridad Nacional para economía internacional durante la administración Biden.
Con precios atractivos como el del BYD Seagull, que ronda los 10.000,00 € incluso después de una tarifa del 100%, estas medidas complicarán la llegada de EVs económicos para los consumidores estadounidenses. Sin embargo, ante las crecientes tensiones geopolíticas, la administración parece decidida a priorizar la seguridad sobre el ahorro económico. Es un recordatorio de que, en el cruce de la tecnología y la política internacional, la seguridad tiende a ser la prioridad principal.