La periodista ucraniana Viktoria Roshchyna, desgraciadamente ha fallecido mientras se encontraba en poder de las fuerzas rusas, según han confirmado las autoridades de Kyiv. Viktoria se encontraba en una situación delicada, pues había desaparecido el año pasado en las zonas bajo control ruso mientras realizaba informes sobre temas sensibles como las elecciones ilegales organizadas por el Kremlin, la destrucción de la presa Kakhovka y la situación de la central nuclear de Zaporizhzhia. Era conocida por su valentía al arrojar luz sobre historias cruciales para su país.
El portavoz de la inteligencia militar ucraniana, Andriy Yusov, ha declarado que Roshchyna perdió la vida justo antes de ser intercambiada en uno de los próximos canjes de prisioneros. Además, el gobierno ruso aún no ha brindado explicación sobre la causa de su muerte. El evento ha marcado una línea roja para Ucrania que ha decidido investigar su muerte como un crimen de guerra. Petro Yatsenko, de la oficina de coordinación del intercambio de prisioneros en Ucrania, añadió que se había acordado su regreso, y su traslado estaba programado al penal de Lefortovo en Moscú, lo que incrementa la confusión respecto a su trágico desenlace.
En mayo de 2024 se confirmó por fin que la joven periodista se encontraba detenida dentro de las fronteras rusas, un dato que el defensor de los derechos humanos ucraniano, Dmytro Lubinets, lamentó, considerando incomprensible la ausencia de claridad sobre los motivos detrás de su fallecimiento durante su detención.
La comunidad periodística ucraniana ha reaccionado con gran pesar. Este desenlace ha avivado aún más la llama de la determinación de aquellos compañeros que, como Roshchyna, no temen adentrarse en temáticas peligrosas por el bien de la información verídica. Su gargantilla, empeñada en buscar la verdad, quedó manifestada en palabras de uno de sus antiguos editores, Yevheniia Motorevska.
La esfera política ucraniana no se queda al margen. Con más de 30 periodistas ucranianos todavía retenidos ilegalmente en Rusia, el gobierno de Ucrania coloca este tema en primera línea de negociones diplomáticas, buscando también asegurar los derechos de millones de civiles ucranianos que están bajo circunstancias similares.
En conclusión, la muerte de Viktoria no solo representa una pérdida humana y profesional, sino que además lanza una llamada urgente a reforzar los esfuerzos por la libertad de los detenidos y el derecho a la información en zonas de conflicto. Su memoria servirá como recordatorio consternador e inspiración perpetua para el valor inquebrantable en la profesión periodística.