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viernes 11 de de 2024

Francia en alerta ante posible venta de Opella a firma estadounidense

El mayor fabricante farmacéutico de Francia, Sanofi, se encuentra en el ojo del huracán tras anunciar negociaciones para vender una participación mayoritaria de su subsidiaria Opella, conocida por su producción de medicamentos de venta libre, a CD&R, un fondo de capital estadounidense, por una suma de 15 mil millones de euros. Esta noticia ha desencadenado una reacción en cadena, tanto en el ámbito político como en el industrial, en Francia.

Políticos provenientes de todo el espectro político han expresado su preocupación, argumentando que tal venta podría poner en riesgo los puestos de trabajo relacionados con la manufactura en Francia. Este temor no es infundado, ya que el país ha estado trabajando arduamente para asegurar sus cadenas de suministro de medicamentos críticos, un objetivo que podría verse comprometido por esta operación.

La respuesta del gobierno francés no tardó en llegar. Horas después del anuncio, el gobierno emitió una advertencia clara: si el fondo americano no aseguraba que la gestión y producción continuaría en suelo francés, utilizarían su poder de veto y sus medidas de control de inversiones extranjeras para frenar la operación. Esta postura reafirma su compromiso con la protección de industrias consideradas estratégicas.

El antecedente habla por sí solo; Francia ha bloqueado operaciones similares en el pasado, incluyendo la adquisición de supermercados y proveedores nucleares. Los ministros franceses, Antoine Armand y Marc Ferracci, han declarado que el eventual comprador parece “serio”, prometiendo que cualquier acuerdo salvaguardaría la producción y suministro de medicamentos esenciales como el paracetamol.

Sin embargo, las preocupaciones persisten. Algunos legisladores, destacando el rol vital de Sanofi en la producción francesa, han cuestionado la lógica de transferir la propiedad a manos extranjeras, especialmente después de las generosas ayudas estatales recibidas por la compañía. Se subraya que la empresa ha recibido millones en subsidios gubernamentales para promover la fabricación doméstica, parte de una estrategia para evitar las debilidades expuestas por la pandemia de coronavirus.

El presidente Emmanuel Macron, quien inauguró recientemente una nueva planta de vacunas de Sanofi con ayuda estatal de 240 millones de euros, también se encuentra bajo escrutinio. Mientras, el Parlamento Europeo trabaja en la creación de una ley de medicamentos críticos que busca reducir la dependencia internacional para la provisión de fármacos esenciales.

Este episodio refleja la complexidad de las relaciones franco-americanas en el sector farmacéutico, donde el balance entre globalización y soberanía nacional sigue siendo un punto de tensión.