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domingo 22 de de 2024

Hezbollah ataca base aérea israelí tras bombardeo en Beirut

El enfrentamiento entre Israel y Hezbollah ha alcanzado un nuevo nivel de intensidad. En esta ocasión, el grupo militante libanés lanzó una lluvia de cohetes sobre la base aérea israelí de Ramat David, situada cerca de Haifa. Este acto de represalia surgió en reacción a un ataque aéreo por parte de Israel que tuvo lugar en Beirut, capital de Líbano, y que resultó en la muerte de al menos 37 personas, incluyendo un destacado comandante militar de Hezbollah.

El ejército israelí, conocido como las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés), confirmó a través de las redes sociales que numerosas áreas del norte de Israel estaban bajo el asedio de los cohetes de Hezbollah. A pesar de la agresividad de la respuesta, los informes todavía no han determinado si hubo víctimas en la base atacada.

Estas hostilidades forman parte de una serie de intercambios de fuego entre ambos grupos en el contexto de las tensiones regionales que podrían desencadenar un conflicto más amplio en Oriente Medio. Durante la noche, el ejército israelí lanzó una serie de bombardeos dirigidos a las instalaciones de lanzamiento de misiles de Hezbollah ubicadas en el sur del Líbano.

Hezbollah intensificó su retórica contra Israel en las últimas semanas, acusando al estado hebreo de ser responsable de ataques previos que acabaron con la vida de varios de sus miembros y dejaron miles de heridos tras detonaciones de dispositivos de comunicación. La situación en el terreno sigue siendo extremadamente volátil, y aunque no hay claridad sobre las futuras acciones de ambos bandos, el miedo ante una potencial escalada es palpable.

Este episodio pone de manifiesto nuevamente las frágiles relaciones entre Israel y los grupos armados en Líbano, y cómo la región sigue siendo un epicentro de desafíos geopolíticos que reclaman atención urgente por parte de la comunidad internacional. Ante esto, queda por ver si se tomarán medidas para evitar que estos intercambios de hostilidades se conviertan en un conflicto total. Este juego de tit-for-tat entre ambos actores no hace más que alimentar el ciclo de violencia que, desafortunadamente, ha caracterizado a esta zona durante décadas.