El gobierno de Irlanda, encabezado por el primer ministro Simon Harris, anunció un presupuesto destinado a inyectar €2.2 mil millones a los votantes, en un claro intento de mantener a Sinn Féin fuera del poder anticipando elecciones próximas. Este generoso presupuesto se apoya en un excedente de impuestos corporativos gracias a la inesperada contribución de Apple, que adicionó €14 mil millones a las cuentas nacionales tras un fallo de la corte europea. Dicho capital será resguardado en dos nuevos fondos soberanos creados para fomentar y preservar estos ingresos excepcionales a largo plazo.
El ministro de finanzas, Jack Chambers, comunicó a los legisladores que Irlanda ha recaudado más impuestos de lo previsto, lo cual permite implementar políticas que prometen elevar ingresos personales. Entre las medidas se incluyen incrementos a los ingresos medios que sumarán más de €1,000 por persona, la eliminación total de impuestos para trabajadores que ganen menos de €20,000 al año, y el incremento del salario mínimo a €13.50 por hora. Además, se aliviarán tarifas de servicios públicos y se destinarán fondos adicionales al desarrollo de infraestructura crítica.
Las arcas nacionales están respaldadas por un mercado laboral lleno de oportunidades, pero también enfrenta retos como precios de vivienda exorbitantes. Ante esto, el gobierno planea gastar €3 mil millones más de lo planeado previamente en proyectos de infraestructura durante el 2025, financiados por la venta de acciones del banco AIB. Esta estrategia forma parte de un esfuerzo más amplio para mantener la competitividad irlandesa y mejorar servicios esenciales ante una demanda creciente, impulsada en parte por las muchas multinacionales como Apple que operan en el país.
El presupuesto también busca abordar los altos costos de vivienda aumentando incentivos fiscales para el pago de rentas y ampliando programas de subsidios para el desarrollo habitacional. Se incrementará el presupuesto de la Agencia Estatal de Desarrollo de Tierras en un 25%, con el objetivo de aumentar la oferta en un mercado donde constructores privados señalan que los costos ya son elevados.
Los fondos soberanos —uno para infraestructura y otro para proyectos medioambientales— se verán fortalecidos con un crecimiento proyectado a más de €16 mil millones el año que viene, mucho de esto atribuido a los recursos provenientes de Apple. Estos fondos son vistos como clave para asegurar la estabilidad económica de Irlanda en un mundo cada vez más susceptible a shocks imprevistos.
Mientras el gobierno apuesta por estas políticas fiscales expansivas para sostener el crecimiento y bienestar del país, la oposición encabezada por Sinn Féin lidia con su popularidad declinante y levanta cuestionamientos sobre la racionalidad de construcciones públicas económicas promovidas por su líder, Mary Lou McDonald. Las medidas propuestas, que buscan ganar votos competitivos, traen consigo el potencial riesgo de encender la inflación.
La estrategia del gobierno, con sus inserciones fiscales y sus nuevas orientaciones financieras, pone de manifiesto un claro enfoque en innovación estructural y administración prudente para enfrentar un contexto global incierto y asegurar que los beneficios del crecimiento sean ampliamente compartidos entre los ciudadanos irlandeses.