Italia ha puesto en marcha una controvertida medida con la inauguración de centros de recepción de migrantes en Albania. Por primera vez, el lunes, se reubicó a un grupo de 16 migrantes en estas instalaciones. Esta política ha sido descrita por la primera ministra italiana Giorgia Meloni como un “modelo a seguir” al abordar la inmigración ilegal. La iniciativa ha ganado atención y elogios por parte de líderes europeos, incluido el primer ministro británico Keir Starmer, en un contexto donde se busca minimizar la migración irregular.

Durante su comparecencia en el Senado italiano, Meloni expresó satisfacción ante el interés de diversos mandatarios europeos sobre las políticas migratorias de su país, considerándolas prueba del “pragmatismo y efectividad” en la lucha contra la inmigración ilegal. La iniciativa fue plasmada en el protocolo Italia-Albania, considerado por Meloni como un camino “valiente y sin precedentes”, reflejando, según ella, el espíritu europeo.

El presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, avaló el concepto de ubicaciones para el retorno fuera del territorio de la UE, afirmando en una carta a los líderes de la UE que se podrían extraer valiosas lecciones de la operación del protocolo Italia-Albania.

Sin embargo, la nueva política no ha estado exenta de críticas. Grupos defensores de derechos humanos y políticos opositores la han señalado como “deshumanizadora” e “ilegal”, advirtiendo de los riesgos inherentes al desviar migrantes a ubicaciones extraterritoriales.

Se prevé que la migración figure como uno de los asuntos centrales en la cumbre del Consejo Europeo que se celebrará esta semana en Bruselas. Además, Meloni anunció la celebración de una reunión informal entre países europeos interesados para discutir la iniciativa de los centros de migrantes italianos.