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martes 22 de de 2024

Kamala Harris Apuesta por Soluciones Inmediatas en su Campaña Presidencial

En su campaña presidencial, la vicepresidenta Kamala Harris ha optado por subrayar medidas que prometen impactar rápidamente la economía doméstica estadounidense. A pesar de un ambicioso programa de manufactura y energía verde lanzado por el presidente Joe Biden, Harris prefiere centrarse en políticas de corto plazo que son más tangibles para el electorado. Entre sus propuestas destacan los créditos fiscales para familias y startups, así como la asistencia para pagos iniciales de vivienda, además de sanciones para supermercados que practiquen políticas de precios abusivos.

La decisión de Harris responde a una lógica política acertada; mientras el desempleo se sitúa en un 4.1%, la preocupación principal de los votantes está migrando de la disponibilidad de empleo a la inflación y los altos costos de vida. En este contexto, parece que la campaña de Harris busca soluciones rápidas a problemas inmediatos para crear una conexión más directa con el votante medio. “Si no me enfoco en reducir tus precios, no querrás escuchar el segundo o tercer paso”, confesó uno de sus asesores.

Aunque la construcción de fábricas ha aumentado, los trabajos que resultarán de estas iniciativas aún están en fase embrionaria y las inversiones en energía limpia enfrentan obstáculos. Esta aparente lentitud en la materialización de beneficios tangibles dificulta el capitalizar los méritos políticos del programa económico de Biden, agravado por sus índices de aprobación bajos en temas económicos.

En el lado positivo, Harris también ha mostrado interés por continuar con la agenda de Biden en el fomento de sectores estratégicos, derivando en propuestas como la construcción de tres millones de nuevas viviendas. No obstante, su discurso se centra principalmente en soluciones inmediatas, adaptando su retórica a las expectativas actuales de los votantes y plantando un foco en la “economía de oportunidad”.

Las políticas industriales de la administración Biden-Harris distan significativamente de las prácticas arancelarias de Donald Trump, cuya receta plantea una visión a corto y largo plazo basada en manufactura doméstica y competitividad nacional.

Mientras algunos miembros del partido demócrata, como el senador de Hawái Brian Schatz, abogan por un papel más activo en la construcción y producción, Kamala Harris sigue priorizando una estrategia que promete alivios económicos inmediatos, alineándose más con el deseo generalizado de tener “cosas bonitas” como ejemplifica Schatz.

El futuro dirá si las inversiones estratégicas de la administración Biden darán frutos en términos perceptibles para la sociedad americana. La profesora Kate Judge, de la Universidad de Columbia, resalta la incertidumbre sobre el éxito de las políticas actuales, aunque considera que son riesgos que valen la pena imponer. En caso de éxito, es posible que el próximo mandato presidencial se beneficie de estos avances, atribuyendo el mérito a Harris si logra ganar la carrera electoral.