La alternativa política conservadora en Alemania está tomando un nuevo rumbo, deslizando su enfoque al calar en un segmento específico de la población migrante. Esto ocurre mientras el partido Alternativa para Alemania (AfD) organiza encuentros que enfatizan las condiciones de los llamados “Russlanddeutschen” o alemanes rusos —un grupo que ha afrontado cambios tras el colapso de la Unión Soviética. Si bien el partido se ha identificado usualmente por su postura anti-inmigración, está adoptando una excepción estratégica en su caso.
Durante uno de estos eventos en el parlamento, se destacó cómo la población rusa en Alemania va ganando relevancia política en medio de nuevas leyes de ciudadanía y movimientos migratorios sostenidos. Jürgen Braun, un miembro del parlamento de la AfD, resaltó el compromiso del partido con el futuro de estos migrantes en sus discursos.
De cara a unas elecciones cruciales, y con las encuestas ubicándolos en segundo lugar, la AfD se enfoca en alistar votos de aquellos descendientes de alemanes que retornaron tras el régimen soviético. La estrategia implica propuestas tan audaces como el incremento de las pensiones para esta comunidad, además de facilitar la inmigración desde Rusia.
Marzahn-Hellersdorf, un distrito en Berlín con una concentración significativa de migrantes rusos, ha servido como bastión para estas políticas, otorgando a la AfD un resonante 25.3% de los votos en elecciones europeas. La propagación de narrativas conservadoras y críticas a las políticas migratorias desde medios afines al partido han avivado su aceptación allí.
Sin embargo, este acercamiento no deja de encontrar detractores. La comunidad no es homogénea y algunas facciones, como los ucranianos y rusos disidentes, se distancian de las posturas del partido debido a su afinidad con el Kremlin y su discurso incendiario. No obstante, los esfuerzos rindieron frutos y, al parecer, el entendimiento del entorno político alemán desde estas facciones se filtra a través de lenguajes y plataformas mediáticas en ruso que generan una sensación de pertenencia en contraste con los mensajes de las corrientes mayoritarias alemanas.
En un contexto internacional tenso, con la guerra en Ucrania batiéndose al borde, surge la sensación de un ascenso anti-ruso en occidente. La AfD parece capitalizar estas percepciones dentro de la diáspora rusa en Alemania, promoviendo una postura neutral en el conflicto y proponiendo una plataforma de paz. Bien o mal, estos movimientos marcan un creciente éxito dentro de la historia de los alemanes rusos, dándoles una voz en el pluralismo político alemán.