En un marco significativo, el antiguo presidente Donald Trump afirmó que las elecciones de 2024 representan el día más importante en la historia de Israel. Era un evento memorable en el golf club de Trump en Miami, recordando el primer aniversario del ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre de 2023, una de las agresiones más mortíferas desde la Segunda Guerra Mundial.
Trump, en su discurso, sostuvo que un fracaso en noviembre acarrearía gravísimas consecuencias, puntualmente aludiendo a la supervivencia de Israel. El exmandatario no escatimó en críticas hacia el gobierno demócrata, a quienes señaló —sin pruebas tangibles— como responsables indirectos del ataque terrorista que cobró 1200 vidas y tensó aún más las relaciones en el Medio Oriente.
Mientras tanto, su contrincante, la vicepresidenta Kamala Harris, participó en otro acto conmemorativo en el Observatorio Naval. En sus declaraciones, Harris instó a todos a no olvidar la masacre que describió como “un mal absoluto” y abogó por una paz duradera.
En un emotivo gesto, Trump también visitó la tumba del reverenciado líder judío Menachem Mendel Schneerson, el Lubavitcher Rebe, en Nueva York. En presencia de los padres de un rehén americano-israelí en Gaza, Trump rezó por la liberación de los cautivos.
En contraste, Harris y su esposo, Doug Emhoff, plantaron simbólicamente un granado en memoria de las víctimas, simbolizando la resiliencia, paz y estabilidad que anhelan para el futuro de Israel.
Como parte de su agenda, Trump no dejó de criticar la gestión del conflicto y la crisis de rehenes llevada a cabo por la actual administración, aunque evitó reiterar declaraciones previamente hechas sobre los votantes judíos.
La jornada conmemorativa subió de tono cuando J. D. Vance, compañero de fórmula de Trump, también acusó a la administración Biden de tener un papel débil en la respuesta al conflicto en un acto en Washington.
A medida que el país se alista para las cruciales elecciones de noviembre, el conflicto israelo-palestino ha puesto de manifiesto divisiones internas dentro de los partidos estadounidenses, ilustrando una narrativa internacional resonante en el teatro político local.