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jueves 26 de de 2024

La Dicotomía Económica de Irlanda: Riqueza y Retos

Irlanda se encuentra en una situación económica poco común: un superávit de más de 20 mil millones de euros gracias a un fallo de la Unión Europea que obligó al país a recaudar impuestos no pagados por Apple entre 2004 y 2014. Con un presupuesto que será anunciado pronto y elecciones en el horizonte, el ministro de Finanzas, Jack Chambers, se enfrenta a la tarea de administrar este masivo ingreso inesperado sin alterar sus planes fiscales, ya que la nación dispone de más dinero del que puede gastar.

Apple, la manzana de la discordia, ha sido un pilar económico para Irlanda al trasladar derechos de propiedad intelectual a filiales en el país, generando enormes beneficios fiscales. Sin embargo, esta dependencia de multinacionales plantea riesgos para una economía que ha crecido rápidamente pero cuya infraestructura se ha quedado rezagada.

A pesar de estos ingresos extraordinarios, el gobierno insiste en que los fondos de Apple se utilizarán para proyectos de infraestructura y no incrementarán el gasto general del presupuesto. El dinero se destinará a dos fondos soberanos creados recientemente: el Fondo de Futuro de Irlanda y el Fondo de Infraestructura, Clima y Naturaleza.

Sin embargo, el reto real para Irlanda no reside únicamente en cómo gastar este dinero, sino en la capacidad humana de hacerlo. La expansión del mercado laboral, alimentada en gran parte por una inmigración significativa, no resuelve la escasez de mano de obra calificada en sectores clave.

El economista Seamus Coffey y el Consejo Asesor Fiscal irlandés alertan sobre las consecuencias de seguir inyectando capital en un mercado que ya presenta tasas de pleno empleo y ahorro privado récord. Existen riesgos de inflación y de que el dinero termine persiguiendo una oferta limitada de bienes y servicios, lo cual solo encarecería aún más la vida en el país.

Los ejecutivos de multinacionales, Apple entre ellos, destacan las preocupaciones sobre la infraestructura lenta en desarrollarse. En un clima económico donde la capacidad de atraer y retener talento es crucial, Irlanda debe afrontar una planificación y ejecución de proyectos que eviten el despilfarro y aseguren un desarrollo sostenible.

En última instancia, la lección para Irlanda, mientras disfruta de una bonanza fiscal, es clara: el capital financiero es sólo una parte del problema, el desafío está en cómo establece las bases para un crecimiento inclusivo y sostenible.