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lunes 21 de de 2024

La UE prepara medidas contundentes ante una posible reelección de Trump

La Unión Europea, después de haber aprendido de experiencias pasadas, está decidida a plantar cara al expresidente estadounidense Donald Trump, en anticipación a una posible segunda presidencia. La UE tiene preparada una estrategia preparada para responder con rapidez y contundencia ante la reimposición o aumento de aranceles por parte de Trump. Diplomáticos europeos han afirmado que el bloque ha consolidado una “fuerza de reacción rápida” para negociar bajo una presión inmediata, con la firme intención de traer a Trump a la mesa de negociaciones lo antes posible.

La Comisión Europea lidera esta coordinación, estando lista para implementar represalias comerciales significativas si es necesario. Desde el pasado, la UE advirtió el impacto de las amenazas de Trump sobre el comercio, tales como los aranceles a las exportaciones de automóviles que, aunque nunca entraron en vigor, destacaron la voluntad del expresidente de alterar cadenas de suministro y relaciones con aliados clave.

Los líderes europeos, con la lección aprendida, no subestiman la posibilidad de una nueva rispidez comercial. Hubo una extensión el pasado diciembre de una pausa en los aranceles de la UE, pero se prevé que esta pausa expire en marzo próximo. Cualquiera que sea el resultado electoral estadounidense, se vaticina un ajuste de cuentas poco después de que el próximo presidente estadounidense asuma el cargo.

Con las amenazas persistentes de Trump, no sólo de imponer aranceles en general, sino apuntando especialmente al sector automotriz alemán -un pilar económico vital para la UE- los diplomáticos creen que cualquier medida dura y sostenida erosionaría a largo plazo la economía EU.

No obstante, a pesar de la retórica agresiva, analistas europeos sostienen que Trump, de obtener reelección, podría ser persuadido con las negociaciones adecuadas, dada su inclinación histórica hacia la consecución de acuerdos comerciales con otras naciones.

Con una relación con impactos económicos profundos, especialmente en el sector automotor dominado por naciones como Alemania, Polonia y España, la atención europea se centra en encontrar un balance eficaz entre represalia y negociación, asegurando que cualquier movimiento beneficie sus intereses a largo plazo. Para Europa, el objetivo es claro: lograr un equilibrio en las relaciones comerciales transatlánticas, evitando un ciclo interminable de represalias que dañen a ambas partes.